Es inadmisible lo que han hecho con nosotras durante miles de años y últimamente con más intensidad y frecuencia; quizás muchas no nos demos cuenta y veamos como algo natural el maltrato que recibimos a diario en pequeñas cosas, como por ejemplo escuchar y tararear la letra de una canción cuyo contenido nos denigra y nos rebaja como personas o que cuando participamos activamente de marchas reclamando nuestros derechos, nos tilden de asesinas, degeneradas o putas. Ni hablar cuando aplicamos el lenguaje inclusivo: el rechazo, la burla y los chistes jocosos tildándonos de ridículas y tilingas.
Así, en pequeñas actitudes es donde se agiganta el odio y el rechazo hacia nosotras, no sólo tenemos que lidiar con el macho sino también con la falta de sororidad de nuestras pares, por eso es muy importante exigir que todas las Instituciones públicas y privadas tengan que formarse y capacitarse obligatoriamente en perspectiva de género.
La insensibilidad y desidia la notamos también en el Sistema Judicial y en el mismo Estado a cuyos lugares recurrimos por ayuda, ya que nuestra institución recibe permanentes denuncias sobre el tema.
Compañeras: ante la urgencia que amerita el desenlace fatal de muchas de nosotras, debemos exigir que sean aprobados con toda celeridad los distintos proyectos de ley que respaldan nuestros pedidos más urgentes.
Debemos aprovechar esta etapa donde nos prometieron que iban a sumarnos más derechos, bien, ¡exijámoslo!.
En Cañada de Gómez realmente hay compañeras que la están pasando muy mal, debemos ponernos firmes y exigir que ante cualquier denuncia por violencia, sean atendidas en otro lugar, lejos de la Jefatura de Policía, ya que es una Institución violenta, debido al mal trato que reciben las víctimas –y en algunos casos hasta el personal femenino que trabaja en ese lugar-.
Dichas oficinas deberían estar en Fiscalía o en algún espacio físico de Tribunales con personal idóneo, para su contención y protección, como corresponde y especialmente que se invierta económicamente en fuertes campañas serias y no de marketing con contenidos por escrito y distribuidos a toda la población para su información, prevención y solidaridad para con aquellas que sufren violencia de género.
Entre tantas violencias que sufrimos las mujeres, no podemos dejar pasar la violencia obstétrica.
Entre los enemigos naturales que tenemos debemos reconocer a los medios de comunicación, que, para mayor rating hacen que la noticia de mujeres asesinadas sea algo natural.
Lo importante y bueno de ser mujer es que tenemos lo que hay que tener para seguir luchando por nuestros derechos y decirles a las más escépticas que sean sororas, porque mañana pueden tocar sus puertas, no están libres del peligro que nos rodea, que nuestra vida vale.
Adriana Diez, integrante de la asociación de Derechos Humanos de Cañada de Gómez