La Cámara Penal dio vuelta una sentencia de primera instancia que el año pasado rechazó por "improcedente" el juicio abreviado con pena atenuada para una joven víctima de violencia de género, acusada por la muerte de su expareja, en 2017. Ahora, el tribunal de Alzada aceptó la condena acordada entre la Fiscalía y la defensa, a 14 años de prisión y de cumplimiento domiciliario. Si bien el delito del que fue imputada contempla una pena a prisión perpetua, las circunstancias de la vida de la chica que tiene 20 años y dos hijos, fueron analizadas por la Fiscalía para decidir la merma en el monto. A los diez años, Milagros V. quedó en situación de calle, ejerció la prostitución y tuvo problemas de consumo, en la adolescencia, y antes del crimen vivía en una “relación desigual” con Ignacio Oro.
Luego de que en noviembre pasado un tribunal de primera instancia dijera no al acuerdo que contemplaba la pena atenuada para la joven, las partes apelaron y ayer los camaristas Bibiana Alonso, Guillermo Llaudet y Javier Beltramone aceptaron lo acordado por la defensa de la imputada (y ella misma) con la Fiscalía, en el marco de una condena menos gravosa por circunstancias espaciales, frente a la vulnerabilidad y violencia de género que marcaron la vida de la chica.
Según expresaron ayer las partes al exponer el abreviado, la madre de la víctima de homicidio habló con la Fiscalía para pedir que la acusada no fuera condenada a prisión perpetua y relató las circunstancias de vida de la muchacha. También se tomó en cuenta el análisis de un profesional. Esas cuestiones llevaron a la Fiscalía a contemplar una disminución en la pena que contempla el delito cometido.
Oro recibió cuatro disparos cuando circulaba en una moto, en Magallanes al 3900. El hecho ocurrió en abril de 2017 y el hombre murió un mes después. Fiscalía acusó a V. por el delito de homicidio calificado por el vínculo, agravado por el uso y portación de arma de fuego, que conlleva pena de prisión perpetua. Sin embargo, Broglia sostuvo desde el inicio de la investigación que se trataba de un caso de violencia de género del que la muchacha era víctima, por lo que apuntó a la existencia de circunstancias extraordinarias de atenuación. Incluso, en su momento dijo que el área de género de la Municipalidad intervino en el caso. Cuando fue imputada, la chica relató haber sufrido episodios de violencia y ayer lo reiteró frente al tribunal de Alzada, donde dijo estar "muy arrepentida" de lo que pasó, pero aseguró que nadie la ayudaba para que el hombre se alejara. Según señaló, en aquel momento ella trabajaba en una fábrica de reciclado y la convivencia no iba bien, por lo que se fue de la casa que compartían. Sin embargo, él la buscaba y le pegaba.