El obispo Jorge Lozano evaluó como “de difícil salida” el conflicto del gobierno de María Eugenia Vidal con los maestros aunque rescató la buena predisposición de ambas partes. “Me parece que hay voluntad, de toda la sociedad sin duda y de parte de quienes están en las negociaciones, de encontrar alguna solución”, afirmó. El platense Héctor Aguer, en cambio, apuntó a los representantes de los maestros al cuestionar “la pasividad de las familias, que tendrían que manifestarse para exigir a los gremialistas: ‘no señores, acá las clases tienen que empezar el día que tienen que empezar’”. El arzobispo platense sugirió que “en otros países se protesta de otra manera, por ejemplo trabajando más horas de las debidas o poniéndose una vincha en la cabeza, con una leyenda sobre el reclamo o lo que fuere, pero no está bien dejar a los chicos sin clases”.
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