La ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff rechazó ayer categóricamente que haya recibido sobornos o aportes ilegales para alguna de las campañas presidenciales en las que participó, de la empresa constructora Odebrecht o de alguna otra. “Nunca pedí coimas, nunca recibí coimas y nunca hablé con todos aquellos que ahora están siendo investigados o presos por haber pagado coimas”, afirmó Rousseff en una rueda de prensa, en Ginebra, tras una ponencia que fue aplaudida. Dilma subrayó que la financiación de su última campaña fue íntegramente declarada y el monto es conocido públicamente, 350 millones de reales (110 millones de dólares al cambio actual).
La primera mujer presidenta de Brasil señaló que no se presentará a ningún cargo electo en el futuro y pidió apoyo para Lula. “A pesar de todo lo que han hecho contra él, es el que mejor posicionado está en los sondeos”, indicó y justificó la necesidad de que Lula vuelva para poder recuperar los beneficios sociales que el gobierno actual, presidido por Michel Temer, ha eliminado.
Rousseff participó ayer en el Festival del Filme y Forum Internacional sobre los Derechos Humanos de Ginebra, donde hizo una alocución sobre los programas sociales y de reducción de la pobreza durante los años en que ella fue ministra de los dos gobiernos de Lula, así como de su primer gobierno. Cuando terminó su alocución, el público coreó durante varios segundos “fuera Temer, fuera Temer”.