Al entrar a Feliza, un escenario iluminado con una luz violeta resaltaba los colores vivos de todos los fanzines expuestos, mientras Dolores Alcatena presentaba su libro Lovecraft y negrito. Con su larga cabellera llena de rulos recogida, enfundada en su holgada remera amarilla, Dolores reveló que la idea del primer fanzine salió de “una carta de Lovecraft en la que habla de un gatito de su infancia que desapareció”. Mientras Dolores contaba cómo exploró en las razones posibles de la desaparición del gatito en varios capítulos más, la planta baja y el primer piso de Feliza rebosaban de stands con comics, stickers, prints, libros y pósters.

Entretanto, en un salón de la planta alta iluminado con luces rojas, un grupo de gente dibujaba con modelo en vivo, escuchando música. Abajo, una participante del colectivo Autoeditadas, de Autoras Argentinas y del diario Femiñetas, Esdian, dio una charla sobre sus aventuras feriando en Europa. El evento estaba lleno de gente apasionada por la cultura del cómic y de chicas vestidas con imágenes de películas, como la de una de pelo azul que charlaba, en el descanso de la escalera, con una remera de la película “Leon: the professional”.

VAMPIRAS LESBIANAS

En un stand se exponía la mítica revista "Club vampire", que reúne historietas colaborativas de Cata Minteguia, Gala Fernández, Nadia Rojas y cinco artistas más. Club Vampire se define como una revista queer de historieta sobre sangre, sudor y lesbiandad. El primer número fue una bomba: unas vampiras gordas y cachondas desafiaban a les lectorxs desde una tapa a todo color. Sus temáticas son impactantes: vampiras que se arrancan los colmillos que vuelven a crecer, niñas que adoptan murciélagos como mascotas y sueñan con el día en que ya no tengan que ocultarse más, chicas que se hartan de la eternidad y planean suicidios con estacas, ajos y rayos de sol.

Lejos de las vampiras, en el patio, una barra en desuso fue utilizada por la gente para sentarse y jugar a ser bartender. Un sillón con estampado verde y puntitos amarillos era el punto clave para sentarse y distenderse un poco. Un poco menos atractivo, pero igual de útil para descansar, yacía un banquito rústico de madera donde un chico pasó toda la tarde dibujando historietas en una libretita azul. El patio estaba lleno de vida, con plantas en las paredes, el techo abierto al cielo y una bici roja colgada.

Cerca de las ocho, con el ambiente ya caldeado por las cervezas, los tragos y los besos, se reivindicó el Día de la Visibilidad Lésbica con la charla "¿De qué hablamos cuando hablamos de historietas LGBTIQ+?" El encuentro giró sobre la importancia de representar – no sólo en libros, dibujos e historietas sino también en la lucha del día a día -a quienes salen de la heteronorma. Se habló de mujeres, de hombres trans, de bisexualidad, de lesbianismo, de personas queer, de patriarcado y también de matriarcado. Hablaron Leno Heyaca Consol, Sukermercado y demxs artistas y activistas del mundo de la ilustración y el cómic.

CHONGAS Y BRUJAS

"Vamos las pibas" nació hace tres años en un grupo de Facebook, Carnes tolendas, gestionado por Agustina Casot, lesbiana de 32 años. La autogestión es algo fundamental en el trabajo de Agustina, que tiene ya publicados libros como Diverses, Chongas y Brujas y pantuflas. Un eje fundamental de "Vamos las pibas" es brindar un espacio seguro y cuidado a les artistas y a les lectores. La seguridad y el cuidado son una prioridad para la gente que se expone a la agresión y la violencia por haberse corrido de la heteronorma, de modo que no es un tema menor. Pero otro eje es dar la oportunidad a les artistas a vender, compartir y exponer su arte sin la necesidad de una editorial, “sin la validación de nadie, como elles dicen. Las condiciones para la convocatoria del evento son hacer historietas y tener al menos una publicación de historieta: no importa si es la primera vez que fotocopiás un fanzine de tu autoría o si tenés un millón de libros publicados”, explica Agustina. La convocatoria es igual para todxs lxs artistas.

Pasando el patio se llegaba a una gran habitación llena de juegos de maquinita de arcade, reviviendo la nostalgia de muches. Arcade es el nombre de las máquinas de videojuegos, instaladas en shoppings o en locales comerciales cutres similares a los pinballs y a las máquinas tragamonedas de los casinos de una veintena de años atrás. Si la nostalgia y los juegos de arcade no eran lo tuyo y ya habías recorrido toda la planta baja, en la planta alta más stands esperaban a ser recorridos: Titi Hoon, arquitecta e ilustradora, dibuja sobre la cultura asiática, robots, ciudades y espacio galáctico. El primer fanzine de Titi fue sobre “las viejas ortivas en los colectivos” y luego de ese primer fanzine no pudo dejar de producirlos. El último es sobre rayos cósmicos: "Habla sobre Carl Sagan y el sistema supernova, sobre los choques estelares y cómo nos penetran a nosotres". Titi Hoon es autora también de un fanzine sobre Delia Derbyshire, una de las pioneras de la música electrónica mundial que le hizo el soundtrack a Doctor Who desde la BBC. Pero al ser una mujer, su nombre nunca fue mencionado con el énfasis que merecía, dice Titi. Este fanzine es en blanco y negro y fue ilustrado y escrito por ella: "Me gusta dibujar sobre la reivindicación de todos estos personajes como Delia, o como las chicas de la Bauhaus, quienes tampoco tuvieron mucho renombre nunca, recién ahora se las está nombrando, a pesar de que sus innovaciones fueron fundamentales para el arte contemporáneo, o sobre otres ejemplos como ellas".

SEGURIDAD PARA LAS CHICAS

Ya hacia el final hablaron algunes dibujantes, que paseaban entre los stands o cerca de la barra, y contaron un poco sobre el camino que recorrieron y cómo llegaron a "Vamos las Pibas". Para Marina Amatista “Vamos las pibas es un espacio donde hay siempre artistas nuevos y artistas que ya conozco de antes y está buenísimo para encontrarnos, vernos las caras y hacer como un catálogo de todo lo nuevo que está surgiendo en el ambiente y que capaz no ves en otro lado”.

Anne Fonde, otro referente del mundo de la historieta y el cómic, contó a Las12 que disfruta "Vamos las pibas" porque es un lugar donde se siente segura, ya que no hay muchos lugares donde, siendo mujer, puede sentirse protegida de posibles agresiones de otras personas: “Varias veces me encontré con hombres que se acercan para coquetear conmigo y no para ver mi trabajo. La verdad que no es agradable. Acá, en cambio, la gente es muy copada, no hay competencia. También es un lugar para estar, conocer gente linda y ver el trabajo hermoso que hacen”.

La ultima charla fue moderada por la organizadora del evento y se habló con libreras como Anita Bertoldi de Crumb (Almacén de historietas), Juana Neumann y Mariela Cesar de Punc (una tienda de historietas, libros, fanzines y afines ubicada en Villa Crespo), se charló también con Julia Bustos de Musaraña (una tienda libre, editorial, galería y productora cultural) y con Delfi Moroni de Quiosquito virtual (librería virtual que hace ventas por encargo, vende literatural infantil, historietas y libros ilustrados). Luego de la charlas con las libreras el festival cerró con la musicalización de Marina Izu, con les espectadores felices no tanto por sus compras como por haber formado parte de tan necesario espacio. Esta edición del festival mostró, entre muchas otras cosas, que las historietas rosa sobre gatitos, ositos o seres fantásticos también pueden abordarse junto a temas hard core como abortos o fantasmas, terror y ciencia ficción, asesinatos o la más extrema de las fantasías.