La nueva conducción del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) puso bajo la lupa a 46 frigoríficos de carne vacuna habilitados en el último año por el macrismo donde no se cumplieron los controles fiscales y sanitarios pertinentes. En el medio del boom del consumo de carne por parte de China, el Senasa duplicó en 2018 el número de establecimientos autorizados a exportar al gigante asiático. En total hay 95 frigoríficos habilitados, de los cuales casi la mitad tuvieron vía libre ese año. Las autoridades del Senasa, que preside actualmente Carlos Paz, no descartan denunciar ante la Justicia al ex ministro de Agroindustria, Miguel Etchevehere, por connivencia con estas habilitaciones irregulares. Según relataron a este diario del complejo agroexportador, había una “línea roja” que llegaba del Ministerio de Agroindustria para pedir la autorización rápida de los establecimientos. La denuncia se basaría en las supuestas presiones políticas.
De acuerdo con datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el año pasado el país exportó el récord histórico de 845.000 toneladas de carne vacuna, de las cuales el 67 por ciento tuvo como destino el mercado chino. Este aumento de las exportaciones derivó en una fuerte suba de precios en el mercado interno, dado que buena parte de los frigoríficos consumeros (volcados al consumo interno) mutaron en exportadores en poco tiempo. En apenas seis meses la Argentina pasó de ser el cuarto exportador a China a ubicarse en el primer lugar. El exceso de demanda china generó un cuello de botella en la oferta, que el ministerio de Etchevehere solucionó relajando los controles para la habilitación de establecimientos.
En la primera reunión de las autoridades del Senasa con representantes de la Mesa de Enlace, el vicepresidente actual del organismo, Carlos Milicevic, consultó a los directivos del sector cárnico sobre una serie de irregularidades que se habían encontrado en las habilitaciones. Y, especialmente, sobre el explosivo crecimiento del sector: el número de frigorífico se duplicó, sin que haya datos de inversión, en todo 2018. “No supieron qué contestar. Después reconocieron que los controles no habían sido los habituales para estas habilitaciones”, relató a Página|12 un directivo de la cámara aceitera y cerealera, presente en el encuentro.
Ese año se modificó el protocolo sanitario mediante el cual se rige la exportación de carne destinada China, facultando al Senasa a habilitar establecimientos exportadores de manera directa. El organismo inició ahora un relevamiento de los 46 autorizados durante la gestión de Ricardo Luis Negri, ex presidente del Senasa. Los resultados se conocerán en un par de meses. Este diario pudo conocer las principales irregularidades encontradas: faltaron máquinas de detección de metales y otros elementos de salubridad.
“Hay irregularidades de varios tipos y algunos frigoríficos parece que fueron habilitados por teléfono, sin tener siquiera una inspección del Senasa. Ahora se están tomando distintas medidas preventivas. En algunos casos se les quita la certificación (o sea se los suspende) y en otros se pone un plazo para solucionar las inconsistencias, según el protocolo sanitario firmado con China”, explicaron fuentes oficiales. No se descarta accionar judicialmente contra las autoridades de ese momento, incluyendo al ex ministro Etchevehere.
El primer caso que justificó el relevamiento fue el del frigorífico Las Heras, luego de detectarse en China un contenedor con mercadería que no cumplía con los estándares de calidad. Entre los establecimientos suspendidos se encuentra el frigorífico Mattievich de Carcarañá, Santa Fe. El grupo de la familia Mattievich había amenazado el año pasado con cerrar una de las tres plantas porque le habían asignado poco volumen para exportar. Finalmente desistió y lo reabrió meses después con mayor cupo. Ahora fue clausurado por el departamento de Seguridad Alimentaria.