La secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayru, expuso ayer ante concejales el perfil que le está dando a su área. La funcionaria hizo referencia a los operativos de control en la calle y confirmó la unificación funcional de las áreas de control. También anunció la compactación de cinco mil autos y motos.
Labayrú explicó que trabajarán de manera conjunta, por una parte los inspectores de las Direcciones General de Tránsito y de Fiscalización del Transporte, y por otra los integrantes de la Guardia Urbana Municipal (GUM), Control Urbano, e Inspección de Industrias, Comercios y Servicios, aunque remarcó que de ningún modo significará la desaparición de tales dependencias. De hecho mencionó en varias ocasiones el trabajo en “trinomios”, por ejemplo en los operativos en el barrio Pichincha.
Respecto a la unificación operativa indicó que se están “haciendo capacitaciones para que todos sepan las incumbencias”. Y destacó: “Me importa la actitud del agente” en cuanto a la tarea. Como ejemplo sostuvo que “si un inspector de comercio o de la GUM ve un auto en doble fila, pueda sancionarlo”.
Labayrú anunció que se licitó la compra de equipamiento para la realización de actas digitales, al igual que nuevos narcolímetros, de los cuales uno, precisó, será para fiscalización del transporte.
También indicó que se centralizarán todos los reclamos en la línea 147, y consignó que los equipos de captación de actas, tendrán geoposicionamiento referencial (GPS) que permitirán “saber en qué zona están los agentes”.
Entre los operativos enumeró los denominado “Bancario”, de control de motos, que se realizan diariamente, en el macro y microcentro; los operativos de saturación, junto a la Unidad Regional II y Gendarmería, también de controles de motos, en diferentes zonas de la ciudad; el “Operativo Florida”, que se efectuó todo el verano, de 10 a 20, el “Pichincha”, al que refirió como “una zona problemática de larga data” y que tiene por objetivo “la convivencia entre comerciantes y vecinos”, Entre los principales aspectos en este caso marcó “el uso de la vereda, la difusión musical en los locales y ajustarse al rubro habilitado”.
Labyrú aludió también a los operativos en las puertas de las escuelas para evitar la doble fila, que se efectúan en unos 30 establecimientos, y los que se efectúan en el denominado playón de La Florida.