El Ministerio de Defensa, liderado por Agustín Rossi, oficializó la licencia especial por violencia en razón de género. Tras haberlo anticipado el sábado 7 de marzo, en un acto por el día de la mujer, el ministro firmó la resolución 2020/77 que fue publicada en el Boletín Oficial y que pone en vigencia la licencia con goce de sueldo para personal de las Fuerzas Armadas en situación de violencia, ya sea en el ámbito laboral o por fuera del mismo. 

La medida, resultado de un largo recorrido en cuanto a la incorporación de la perspectiva de género dentro del Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas, tiene como marco legal el cumplimiento de la Ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. “El compromiso de nuestra gestión es seguir avanzando en políticas con perspectiva de género”, señaló en sus redes sociales el ministro Agustín Rossi. En el acto del sábado, también anunció la implementación de la Ley Micaela en las máximas autoridades civiles y militares. “La sociedad va cambiando y la integración de lucha de los feminismos se va modificando también. Es un proceso largo, y las medidas hay que repensarlas todo el tiempo para trabajar sobre lo real y no sobre lo que nos imaginamos”, señaló a Página/12 Laura
Masson, directora de Género del Ministerio y relató que, antes de esta medida, “cuando había una situación de violencia se daba una licencia por enfermedad o psiquiatría, en lugar de nombrar lo que realmente pasaba. Institucionalizar una respuesta es reconocer que el problema existe”, afirmó Masson.

La licencia aplica a todo el personal de las Fuerzas Armadas que se encuentre atravesando una situación de cualquier tipo de violencia de género, y que por tal motivo no puedan presentarse en su puesto de trabajo. “Pensamos la medida con cierta flexibilidad: no es el mismo tiempo el que necesita una persona que sufre violencia intrafamiliar que aquel que necesita una persona que vive una situación violenta en el ámbito laboral”, advirtió la directora de Género y agregó que “está la posibilidad de reducción de horas, también, porque si la violencia está afuera, a veces la persona prefiere no estar en su casa”. Para obtener la licencia, la persona solicitante deberá invocar lo sucedido ante las autoridades pertinentes, y acompañar el pedido con una constancia o denuncia realizada ante un organismo público, ya sea de carácter judicial o administrativo, que tenga competencia en atención y protección en estas situaciones.

La norma aplica también para soldadxs voluntarixs, cadetxs y aspirantxs en formación, y tiene en cuenta un sistema de personal a cargo para ciertos territorios del interior donde las Fuerzas Armadas no tienen oficina de género. “Lo que recomendamos en el protocolo de aplicación es que se haga hincapié en el registro preciso de los hechos para después poder iniciar las acciones disciplinarias que correspondan”, agregó Masson.

Informe: Lorena Bermejo.