Desde Río de Janeiro
Este viernes por la tarde se sabrá el resultado del test realizado hoy al ultraderechista presidente brasileño Jair Bolsonaro. En caso de que se confirme su contagio del coronavirus, se decretará su cuarentena.
Bolsonaro pudo haberse contagiado del Secretario de Comunicación Social de la presidencia, Fabio Wajngarten, que lo acompañó en su reciente viaje a Florida. Para aumentar la tensión, el mismo Wajngarten estuvo con el presidente norteamericano Donald Trump, quien dijo no estar preocupado con la posibilidad de adquirir la enfermedad.
Además de Bolsonaro y su esposa Michelle, todos los demás integrantes de la comitiva presidencial que viajó a Estados Unidos – lo que significa seis ministros y un nutrido número de asesores, senadores y diputados, entre ellos el hijo del presidente Eduardo, además de un gobernador de provincia – fueron sometidos al test. Los resultados, junto al del presidente, se conocerán este viernes.
Curiosamente, el pasado lunes Bolsonaro, en otra de sus declaraciones polémicas, había dicho que había ‘mucha fantasía de los grandes medios’ con relación a la extensión y gravedad del coronavirus. A los dos días, Wajngarten fue diagnosticado.
En la misma declaración a periodistas en su viaje – la única vez que habló a la prensa – el ultraderechista dijo no haber ninguna razón de preocupación por el desplome abrupto tanto de la Bolsa de Valores de San Pablo como del real frente al dólar.
Según destacó, ‘las Bolsas bajan esporádicamente’, olvidándose de que en el caso brasileño el fenómeno venía reiterándose desde hacía semanas. ‘Hoy mismo (con relación al lunes) hubo recuperación’, en referencia a la subida de 6 por ciento registrada aquel día, luego de pérdidas acumuladas superiores a 16 por ciento en la semana anterior.
Solamente hoy las operaciones de la Bolsa fueron suspendidas dos veces. En lo que va de la semana, fueron cuatro las ocasiones en que se recurrió a la medida, adoptada cuando se sobrepasa determinado portal de descenso. Pese a las suspensiones, al promediar la tarde la Bolsa había sufrido un bajón de casi 15 por ciento, el más elevado del mundo.
Con eso, se retrocedió al volumen de hace tres años. Algunos papeles, como los de la estatal Petrobras (24 por ciento) y de la compañía aérea Gol (38 por ciento) experimentaron bajones históricos.
Ya el cambio, y pese a la inyección de tres mil millones de dólares sacados de las reservas en divisas del Banco Central, mantuvo la trayectoria de las jornadas anteriores: solamente hoy, el real se devaluó 2 por ciento frente a la moneda norteamericana y 2,65 por ciento frente al euro.
En lo que va del año, el cambio sufrió una depreciación superior a 20 por ciento y fueron quemados más de catorce mil millones de dólares de las reservas en un intento de evitar un desplome aún más acentuado.
Lo que más preocupa a analistas es que, a la par de la grave crisis global provocada por el coronavirus – y cuyas consecuencias y extensión todavía son ignoradas – es la altísima tensión política interna provocada precisamente por acciones e iniciativas disparatadas de Bolsonaro.
El ultraderechista optó por confrontarse directamente con el Congreso, sumándose a los que convocan para el domingo 15 manifestaciones que atacan tanto al Congreso como el Supremo Tribunal Federal.
En la marea de llamados que circulan por las redes sociales son innumerables los pedidos de cierre tanto del Congreso como de la Corte Suprema, y no son pocos los que piden una intervención militar.
Al sumarse a tal llamado Bolsonaro estiró al máximo la soga entre los tres poderes básicos de la democracia, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Con eso, entre la tensión interna y la crisis global, Brasil entró en una etapa de turbulencia sin salida a la vista.