“Independientemente del estrato económico y social, de la mirada política o situación contractual todas las personas mayores a cincuenta años que pierden su empleo comparten una situación de fractura e invisibilidad y se sienten traicionados. Esto no es menor porque de la posición en la que queda el trabajador que perdió su empleo depende el tiempo que le tomará la reconversión y la reinserción en el mercado laboral”, explica Alejandro Lanuque, especialista en empleo. Lanuque es doctor en Psicología Social vinculado al ámbito corporativo y académico y maneja un programa interdisciplinario de "Coaching para la Reinserción Laboral +50".
¿Cuál es el escenario laboral para las personas de más de 50 años?
- Actualmente, en la Argentina las personas de más de 50 años son las que mayores dificultades tienen para encontrar un empleo o reinsertarse si fueron desvinculados. Según Adecco, hay más de 800 mil personas mayores de 45 años con serios problemas de reinserción laboral, independientemente de la obtención de un título académico formal. De hecho, muchas personas que fueron desvinculadas con jubilaciones anticipadas o retiros involuntarios se animan a construir su propio camino como emprendedores. Se calcula que el 25 por ciento de los desempleados actuales tardan más de un año en encontrar una nueva posición que se ajuste, medianamente, a sus posibilidades. Los más afectados son los varones ente los 40 y 60 años, independientemente de su formación.
¿Cómo se puede desagregar esta situación a nivel sectorial?
- Por ejemplo, el sector de informática y tecnología es uno de los que más contrata a personas que tienen entre 45 y 50 años, ya que prima la experiencia y el conocimiento por sobre la edad. Esto también depende de las políticas de recursos humanos de las grandes multinacionales que responden a decisiones de casa matriz. Por eso se ve que en pymes y grandes empresas nacionales la edad juega en contra para los desocupados adultos, ya que el 85 por ciento de las empresas argentinas no promueve la contratación de personas de más de 50 años.
¿Cómo evalúa la acción del Estado en esta materia?
- El Estado no desarrolla políticas para revertir esta situación. La balanza está desequilibrada entre puestos disponibles y empleabilidad, y es ahí donde el Gobierno debería forjar más profundamente políticas públicas que agrupen a pymes, privados y al Estado mismo. Se podría promover la contratación con condiciones impositivas favorables, por ejemplo. Lo que hace actualmente el Estado es gestionar el programa “Potenciar”, que impulsa proyectos para el desarrollo de servicios y eventualmente entrega kits de materiales a 500 personas de más de 40 años para hacer “changas”. Y ¿cómo hacemos para reconvertir esos kits en el sector de profesionales que vienen del ámbito académico y ejecutivo?