Las fuerzas federales que dependen del Ministerio de Seguridad deberán fortalecer los controles sanitarios y el monitoreo del movimiento de personas en puestos de frontera para mitigar la propagación y el impacto del coronavirus. Así lo anunció el jueves por la noche el presidente Alberto Fernández, luego de firmar el decreto que le encomendó a la cartera que encabeza Sabina Frederic “disponer las acciones conducentes” para cumplir con las medidas dispuestas en el marco de la emergencia sanitaria.
Las fuerzas de seguridad cumplen desde el domingo pasado funciones de apoyo a los equipos de salud que funcionan en el aeropuerto de Ezeiza. “No hubo un cambio en el rol de la Seguridad, ya que funcionan desde siempre como agentes sanitarios, sino un incremento de fuerzas trabajando como agentes de salud”, explicaron desde ese ministerio. Advirtieron, además, que los agentes de las fuerzas enviados como refuerzo al aeropuerto son en su mayoría médicos, bomberos y personal administrativo.
Si bien la suspensión de vuelos provenientes de las consideradas “zonas afectadas” reduciría los riesgos de contagio y por ende la tarea de los agentes en Ezeiza, Seguridad deberá determinar qué funciones asigna a la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el marco de una emergencia que faculta a las autoridades sanitarias a asumir tareas excepcionales como la desinfección de medios de transporte, salas de clases o lugares de trabajo, la restricción en la circulación de transportes públicos como colectivos, subtes o trenes, el aislamiento de regiones o la instalación de hospitales de campaña.
“Por ahora fortaleceremos los controles sanitarios en todos los puntos de ingreso a la Argentina” y “seremos muy estrictos en el monitoreo del movimiento de personas en nuestras fronteras”, fueron las precisiones que aportó anoche Fernández.
El ministro del Interior, Eduardo De Pedro, supervisó ayer la instalación de cámaras térmicas con sensor remoto en los accesos a Migraciones del aeropuerto de Ezeiza, que permiten registrar a la distancia la temperatura corporal de los pasajeros. Una de las flamantes funciones de la PSA consiste, en el caso de detectar recién llegados con fiebre, en su traslado a las oficinas de la Dirección de Sanidad de Fronteras, para que los médicos hagan una evaluación más personalizada y, según el diagnóstico, determinar su aislamiento o habilitar su ingreso sin mayores restricciones.