(viene de tapa) En el número 1 de Rosario/12 Víctor Reviglio era el gobernador de Santa Fe y Héctor "el Tigre" Cavallero el intendente de Rosario. Para el 100, "Lole" Reutemann habia cambiado la butaca del Fórmula Uno por el Sillón del Brigadier y el Tigre seguía en el Palacio de los Leones. Para el número 1000, ya ambos habían dejado sus puestos, aunque el ex-piloto volvería después a la Casa Gris.

Es más sencillo recordar nombres que situaciones, sin embargo saltan rápidamente de la estantería de la memoria algunas tapas --cuyos números no son redondos ni importantes-- que marcaron agenda, que se distinguieron al punto de no tener que recurrir al archivo para citarlas, como las de 1994 denunciando al obispo pedófilo de Santa Fe, Edgardo Storni, cuando nada se ventilaba todavía del escandalo mundial por venir. O el "Shit" de Boogie el Aceitoso que desde nuestra tapa nos daba la mala nueva de la partida del Negro Fontanarrosa. O el primer diario a color que se imprimió en esta ciudad de pobres corazones, que no fue el decano, sino Rosario/12, poniendo en la tapa el azul y amarillo, y el rojo y negro, que distinguen a la ciudad. Y recientemente, una seguidilla de tapas reflejando el movimiento más dinámico y rico de nuestra sociedad, a través de notas sobre la ampliación de derechos, y en particular de las cuestiones de género.

De Hiroshima a Watergate era un programa de radio de mediados de la década del `70, que hacía mi viejo, David, junto a Quique Pesoa, que había "aportado" --entre otras cosas-- la cortina musical para la apertura: Time, de Pink Floyd. Entre las pausas del sintetizador el anunciaba, "diez mi días, diez mil diarios, cien mil noticias" y remataba con su voz incomparable "treinta minutos, para rememorar treinta años".  Se trataba del racconto de los hechos más sobresalientes desde las bombas atómicas de 1945 hasta la caída de Richard Nixon en los Estados Unidos en 1974.

Nuestros 30 años los vamos a festejar en la primavera, el 28 de septiembre, pero llegamos antes a las 10 mil ediciones. Y para sostener nuestra pertenencia regional, podemos anclar las fechas entre la epidemia de cólera de 1992 y estos días aciagos de la pandemia del corona virus, aunque el dengue es mas letal en esta parte del mundo.   

Entre tantos "cisnes negros", emergen recuerdos del comienzo, con amigos, compañeros, la osadía de los veintipico, y la posibilidad, tantos años después, de estar frente a otro teclado, escribiendo, después de estas "10 mil y una noches" con ilusión y la esperanza de pensar que las mejores tapas aún no han sido publicadas.

*Editor de Rosario/12