Ariel Máximo Cantero, miembro del clan Cantero, fue condenado ayer a 14 años de prisión a través de un procedimiento abreviado por el homicidio del policía Cristian Ibarra, ocurrido el 22 de julio pasado en barrio Godoy.
Cantero, que en julio pasado tenía 22 años, acordó 14 años de prisión efectiva por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con el delito de portación ilegal de arma de guerra y hurto calamitoso en calidad de coautor.
La condena llegó por medio de un procedimiento abreviado que acordaron la defensa y la fiscalía y que homologó un tribunal colegiado que integraron los jueces Juan José Alarcón, José Luis Suárez y Héctor Núñez Cartelle.
El fiscal Miguel Moreno, de la Unidad de Homicidios Dolosos, le atribuyó los hechos ocurridos en fecha 22 de julio de 2019 a las 21.30 aproximadamente, cuando junto a otras personas ingresaron al automóvil Peugeot 308 donde se encontraba Cristian Ezequiel Ibarra, le efectuaron al menos 6 disparos de arma de fuego produciéndole el fallecimiento y dándose a la fuga con el arma reglamentaria de la víctima. También se les atribuyó la portación del arma de guerra utilizada en el hecho.
El joven condenado se llama igual que su padre, otrora líder y creador de la banda de Los Monos, Ariel Máximo “El viejo” Cantero, quien está cumpliendo condena en la cárcel de Piñero.
El chico, también conocido como "Chanchón", se entregó a las autoridades el 31 de agosto de 2019, casi un mes y medio después del crimen por el que acaba de ser condenado, y tras la detención de quien fue acusado de ser el coautor del asesinato, Walter Daniel Dilzen, de 32 años.
Ese lunes 22 de julio, alrededor de las 21.30, en la esquina de Dean Funes y Larralde, en barrio Godoy, el policía Ibarra, de 29 años, fue encontrado muerto en el interior de su Peugeot 308 negro patente LLN 307. Había recibido seis balazos que le perforaron la nuca, el parietal y el occipital derechos.
Las pericias demostraron que fue atacado desde el interior del vehículo, que cuando llegó la Policía al lugar aún estaba en marcha y con tres puertas abiertas. La posibilidad de un robo se descartó de entrada: no le sustrajeron los dos celulares que llevaba, su billetera ni una mochila infantil perteneciente a uno de sus dos hijos. Sin embargo sí se llevaron el arma oficial del agente. En el interior del auto se secuestraron ocho vainas servidas calibre 9 milímetros y un casquillo del mismo calibre a metros del auto.
Ibarra era un suboficial que se desempeñaba en la Oficina de Gestión Judicial (OGJ). Trabajaba en el edificio de Tribunales de Balcarce y Pellegrini, aunque al momento del crimen estaba con carpeta médica. Uno de sus hermanos es policía y también lo era su padre, Mario Eduardo “El negro” Ibarra, quien fue asesinado a tiros el 26 de febrero de 2014 cuando conducía un auto en el que trabajaba de remisero.