Desde Roma.Los primeros días de cuarentena casi total a causa del coronavirus, establecida con varios decretos esta semana y hasta el 25 de marzo por el gobierno del primer ministro Giuseppe Conte, mostraron una cara de Italia jamás vista, al menos desde la Segunda Guerra mundial.
En las grandes ciudades sobre todo y en Roma, hay muy poca gente por la calle. Los espacios históricos como el Coliseo o el Vaticano, los lugares de la movida como Trastevere, están vacíos. Los pocos turistas que circulan por ahí, usan barbijos y guantes, pero no dejan de sacarse fotos. Se ven menos autos de lo normal y muchos espacios vacíos en los estacionamientos callejeros, como nunca sucede. Se ven también largas hileras de negocios cerrados porque pueden abrir sólo los que venden alimentos y las cigarrerías, las farmacias y los kioskos de diarios. Las escuelas y universidades están cerradas, los espectáculos de todo tipo fueron anulados y los campeonatos de fútbol suspendidos. Es más, un famoso jugador de fútbol de la Serie A, Daniele Rugani, del club Juventus de Turín, resultó positivo al coronavirus. Por lo cual no sólo fue aislado él sino todo su equipo, los técnicos y los entrenadores.
En las puertas de los supermercados persisten las colas, porque dejan entrar a cuatro o cinco personas por vez, muchos bares están cerrados lo mismo que los restaurantes, hay poquísimas personas viajando en los micros locales y en los subtes. Se ven pocos jóvenes por las calles y menos aún niños.
Y el silencio en algunos de los barrios normalmente bastante transitados, se ha hecho sepulcral, a toda hora. Aunque a veces se ve a alguno corriendo por la calle, casi como si entrenarse fuera un modo de recuperarse psicológicamente. Porque el otro problema que se presenta en estos días en algunas familias y personas solas, es la preocupación, el desamparo y la incertidumbre que se siente y por lo cual ha surgido un grupo de asistencia psicológica en Milán dirigido por una psicóloga argentina.
En otras ciudades como Venecia, la gente se mueve muy temprano, a veces acompañada por una neblina muy densa. Los trayectos de los barcos de pasajeros que llevan de un lugar a otro, han sido restringidos y algunos anulados. La estación de trenes de Venecia, punto de llegada y partida para todas las ciudades del país, está vacía. Florencia, Milán, Turín, no son muy diferentes. El silencio cubre cada una de estas ciudades, como si no existieran. Son pocos los que caminan, generalmente muy apurados para llegar antes de las 7.30 a los supermercados porque en ese momento empiezan las colas.
Los italianos han sido invitados por los decretos del gobierno a quedarse en casa para evitar los contagios y a salir sólo en caso de necesidad, por trabajo, para comprar alimentos y remedios o en caso de una emergencia. Y para eso deben llenar un formulario que se descarga en Internet y justificar su movimiento.
Muchos italianos, que esperaban poder trasladarse a otros países para visitar a sus familias o de paseo, y que ya tenían un pasaje comprado, no podrán hacerlo porque varios países y varias compañías aéreas han suspendidos sus vuelos a Italia (entre ellas Aerolíneas Argentinas) y/o prohiben la llegada de vuelos provenientes de Italia. España prohibió los vuelos italianos y Estados Unidos todos los vuelos europeos, excepto los provenientes de su socio Gran Bretaña. Y algunas compañías que suspendieron esos vuelos han enviado cartas a los poseedores de pasajes dando a entender que no tendrán derecho a recuperar su dinero.
Pero de todo este caos ha surgido algo positivo: ha disminuido la contaminación ambiental de las grandes ciudades del norte de Italia producida en general por el transporte, según datos publicados por la prensa italiana y proveniente del Programa Europeo Copernicus que depende de la Agencia Espacial Europea.
Claro, este último hecho no alcanza para dar ni una pizca de alegría cuando se conocen los últimos datos sobre los infectados. Según datos oficiales hasta hoy 13 de marzo, unas 14.995 personas fueron positivas al test del coronavirus en toda Italia, 1.266 han muertos y 1.439 se han curado. La mayoría están localizados en el norte del país, en Lombardía (7.732). En Roma se habla de almenos 162 casos. Los muertos por coronavirus tienen una media de edad que supera los 80 años (entre 80 y 89), y las mujeres son el 26% del total, según explicó al diario romano La República, Silvio Brusaferro, del Instituto Superior de Sanidad.
A todo este caos hay que agregarle el desastre económico que se acerca, porque al estar cerrados los negocios, no hay ventas y la producción industrial disminuirá. Algunas fábricas han establecidos horarios reducidos de trabajo o directamente han cerrados sus puertas. Y las que no lo han hecho, están sufriendo paros de muchas horas porque los obreros piden ser tenidos en cuenta por el coronavirus.
La Bolsa de Milán ha pasado por la peor semana de su historia, según los expertos. Ha perdido en las últimas semanas unos 262.000 millones de euros, la mitad de los cuales sólo esta semana. Con todo, el viernes las cosas mejoraron levemente gracias a las ayudas prometidas por el Banco Central Europeo y la Unión Europea. La UE, entre otras cosas, ha dicho que suspenderá las reglas del pacto de estabilidad que rige cada año entre los países europeos y que garantizará ayudas a los países más expuestos a causa del coronavirus.