Católicos, musulmanes, judíos y evangélicos, entre otras comunidades religiosas, suspendieron sus celebraciones o restringieron el número de asistentes a sus templos, en consonancia con las medidas oficiales para controlar la transmisión del coronavirus.
“Los templos pueden continuar con sus celebraciones religiosas, siempre y cuando se acaten a las normas de higiene con mucha responsabilidad y lo más importante es que respeten el porcentaje del 50% de ocupación y no sobrepasar las 200 personas”, explicó Federico Pugliese, director de Culto porteño.
Si bien el incumplimiento de estas medidas es pasible de sanciones por tratarse de “un delito federal”, y serán debidamente fiscalizados, Pugliese señaló que “es responsabilidad absoluta de los cultos dar sus propias normativas para cada templo”, siempre y cuando respeten los límites generales.
Las medidas implementadas por el Gobierno continuarán hasta el viernes 10 de abril, que es el Viernes Santo para la comunidad cristiana. Por eso, la arquidiócesis de Buenos Aires dispuso la suspensión del tradicional Vía Crucis por la Avenida de Mayo y recomendó que los mayores de 65 años no asistan a ninguna celebración, permanezcan en sus casas para preservar su salud y sigan la misa dominical a través de la transmisión televisiva.
Distribuir la comunión solamente en la mano, debidamente higienizada, suprimir el saludo de paz en las misas y suspender el gesto de Ramos en las esquinas de la Ciudad, son otras de las disposiciones dadas para la comunidad católica.
Por su parte, el Centro Islámico de la República Argentina informó la suspensión hasta nuevo aviso de la Oración Comunitaria del Viernes (Salat al-Yumua) en la Mezquita Al Ahmad. Señaló en un comunicado que la “medida tiene su sustentación en la Sunna profética y la Ley Islámica, que buscan preservar la vida y la salud de los creyentes”. “En nuestra institución, de momento y hasta nuevo aviso, hemos suspendimos todas las actividades, conferencias, celebraciones, charlas, visitas que íbamos a recibir del exterior”, precisó Aníbal Bakir Bachin del Centro Islámico.
También la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) suspendió todas sus programaciones culturales hasta nuevo aviso y mientras varias sinagogas cancelaron las actividades religiosas, otras celebraron el "shabat" (desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche del sábado) bajo la restricción del 50 por ciento de su capacidad y sin superar los 200 asistentes.
Los evangélicos dieron normativas a sus templos para profundizar las medidas de higiene y restricción de asistentes. En un comunicado difundido ayer, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) señaló que “además de promover los cuidados básicos ya compartidos por el Ministerio de Salud, creemos que debemos ser un factor de influencia y testimonio para nuestra sociedad ante un virus que ha provocado incertidumbre en la población”.
En tanto, adventistas y mormones acataron una disposición a nivel mundial dada por sus iglesias de “suspender todas sus celebraciones” hasta nuevo aviso, indicó Pugliese.
Mientras que católicos y evangélicos piensan ampliar el número de misas y cultos para facilitar la concurrencia sin exceder el límite de personas, añadió el funcionario. “Por ejemplo, si una iglesia tenía cada domingo 2 misas, celebrará 4 para distribuir mejor a sus fieles”, comentó y dijo que tanto los budistas como los hinduistas optaron por la suspensión total de sus celebraciones.
El funcionario destacó "la excelente actitud de responsabilidad y la voluntad de colaborar” de los distintos cultos que están en permanente contacto con esa Dirección para informarse, evacuar dudas o actualizar las normativas del Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires.
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