El chalet de la esquina de Garibaldi y Allison Bell, donde funcionó el centro clandestino de detención (CCD) conocido como Pozo de Quilmes durante la última dictadura cívico militar, fue desafectado en su totalidad y transferido a la Comisión Provincial por la Memoria por 99 años para su conservación y preservación, tal como lo indica la ley provincial 14.895. En el interior del Sitio se realizó la firma del acta donde se formalizó la desafectación total del lugar, luego de que la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) completara la mudanza a una nueva sede. “La lucha, la voluntad política, la unidad y la prepotencia de trabajo de un conjunto de compañeras y compañeros, hizo posible este momento histórico”, dijo Hugo Colaone, Secretario de Derechos Humanos del Municipio de Quilmes y miembro del Colectivo Quilmes Memoria, Verdad y Justicia.
En diciembre de 2016, todos los bloques de la Legislatura bonaerense aprobaron la ley 14.895 de creación del Sitio, que fue presentada por la entonces diputada Eva Ramírez, y disponía transformar ese ex centro clandestino de detención en Sitio de Memoria y recuperar el espacio para la promoción y defensa de los derechos humanos. Durante estos tres años, el Sitio funcionó parcialmente en el sector donde estaba ubicado el garaje por el que ingresaban los autos con los detenidos y detenidas y las celdas donde permanecían secuestrados. Esos mismos calabozos de la dependencia policial, siguieron funcionando después de la dictadura como lugar de alojamiento de personas detenidas y en el sector del chalet funcionaban las oficinas donde continuaba trabajando la policía. Desde que la CPM tomó posesión del lugar, comenzaron tareas de conservación y puesta en valor del edificio.
Colaone también señaló: “Esta recuperación es el resultado del esfuerzo, trabajo y compromiso de muchas organizaciones. La entrega de llaves es como un respiro de vida y una reivindicación. Hay detrás una larga lucha de compañeros y compañeras para que esto sucediera”. A partir de ahora, se continuará trabajando con el Consejo del Sitio, órgano de conducción del espacio para impulsar iniciativas que tengan que ver con la memoria de Quilmes, con los pueblos originarios, con investigaciones, talleres y muestras artísticas.
La Brigada que fue Pozo
En esa esquina de un barrio residencial de Quilmes, funcionaba la Brigada de Investigaciones de Quilmes, perteneciente a la Policía de la provincia de Buenos Aires. Entre 1975 y 1979, el chalet se utilizó como centro clandestino de detención, donde estuvieron secuestradas más de 250 personas.
“Esta es una reivindicación de la justicia y la memoria trabajada y militada paciente pero tenazmente por el enorme esfuerzo de muchxs compañerxs. Y se da a 80 días de nuestro gobierno”, dijo Colaone emocionado al momento de la firma del acta, que contó también con la presencia de la intendenta Mayra Mendoza, el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, Sandra Raggio y Roberto Cipriano García, de la Comisión Provincial por la Memoria, Gustavo Moreno, director de sitios de la provincia, Viviana Buscaglia del Colectivo Quilmes, Memoria, Verdad y Justicia, concejales y vecinos. El comisario mayor Ariel Silva, titular de la Delegación Departamental de Investigaciones hizo entrega de las llaves que faltaban para recuperar el edificio en su totalidad. “Después de mucho tiempo de espera, hemos recuperado este lugar que está cargado de una historia oscura. Se va a poder reconstruir esta historia para que se conozca, para que los y las jóvenes sepan lo que sucedió aquí y para que no se vuelva a retroceder. Donde hubo muerte y oscuridad, habrá luz y vida”, subrayó Mayra Mendoza.
Luego de que algunos sobrevivientes del Pozo recorrieran el lugar y brindaran una vez más sus testimonios, el Secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, expresó: “Estamos acompañando esta lucha de tantos años que hoy se hace efectiva con la entrega por parte de miembros de la Policía Bonaerense, del Pozo de Quilmes, un emblema de la tortura en esta zona sur de la provincia de Buenos Aires, que ya era hora que pasara a ser un Sitio de Memoria. Hoy transformamos estos espacios en vida”.
Viviana Buscaglia recordó que “fueron cuatro años en los que el Estado local nos ignoró, por eso, la visita de la Intendenta y del Secretario de Derechos Humanos de la Nación que participaron de la ceremonia fue altamente emocionante. Nos lo merecíamos como pueblo quilmeño. Esto nos va a encontrar por muchísimos años a todes juntes”. Luciano Grassi, miembro del Colectivo y docente de la Universidad Nacional de Quilmes dijo: “Es un hito más en este proceso que comenzó con marchas y movilizaciones hace más de 40 años. Nació un Sitio y nació una forma de gestionar un Sitio, con múltiples instituciones intervinientes: el Estado provincial y municipal, un organismo autárquico como es la Comisión Provincial por la Memoria, el Colectivo Quilmes, Memoria, Verdad y Justicia, representaciones territoriales, universidades, sindicatos y escuelas. La desafectación total es un hito más en un camino que es largo y pretende construir un espacio de memoria y verdad que sea un faro de derechos humanos en la región”.
Entre 1975 y 1979, el Pozo de Quilmes fue utilizado como centro clandestino de detención, fue depósito de prisioneros y lugar de tortura para obtener información. Formó parte de la red represiva que desplegó la Policía Bonaerense dentro del Circuito Camps como uno de los tantos dispositivos para concretar el plan de exterminio, la deshumanización, el vaciamiento de toda subjetividad y la muerte. Entre las personas secuestradas hubo por lo menos siete mujeres embarazadas, estudiantes de La Noche de los Lápices, como Emilce Moler, también jóvenes platenses como Nilda Eloy, Walter Docters, Gustavo Calotti y Cristina Gioglio. Estuvo secuestrada la familia Forti, con su madre Nélida y sus cinco hijos de 16, 13, 12, 11 y 8 años, además de prisioneros uruguayos, paraguayos y chilenos.
Walter Docters fue secuestrado el 20 de septiembre de 1976 y después de pasar por el Pozo de Arana y el Pozo de Banfield, lo llevaron al Pozo de Quilmes. Respecto de la desafectación total del lugar, dijo: “A mí me restablece una tranquilidad y una paz interior. Esto tiene que servir para que las nuevas generaciones sepan lo que efectivamente pasó, lo que atrozmente hicieron los militares y lo que una clase social permitió, que es la misma clase social que nos gobernó los últimos cuatro años. Recuperar este Sitio de Memoria me produce alegría y satisfacción. Es ver que el lugar donde estuvieron tantos compañeros y compañeras que después no fueron vistos nunca más, sea finalmente convertido en Sitio de Memoria”.
Rubén Schell estuvo secuestrado en el Pozo de Quilmes entre el 12 de noviembre de 1977 y el 21 de febrero de 1978, sobre lo que representa la recuperación de este espacio para las nuevas generaciones, destacó: “En un espacio como este se pueden hacer muchísimas cosas, queremos vida y queremos seguir hablando de lo que pasó. Estoy feliz por el logro conseguido”.