Hasta el campeonato anterior los partidos de fútbol eran sin público visitante. Desde el comienzo del torneo actual todos los partidos son sin público. ¿Qué sigue? ¿Partidos sin jugadores, con los DT de los equipos dirigiendo hologramas de futbolistas proyectados sobre un campo de juego virtual? River Plate fue más allá: el sábado pasado en el Monumental no hubo público visitante ni local, ni jugadores, ni técnicos, ni aguateros, ni vendedores de garrapiñadas. ¡Ni los árbitros pudieron entrar! Se lo pudo ver al pobre Germán Delfino y sus colaboradores llegar a la cancha del Millo sin poder acceder a sus instalaciones para dirigir River-Atlético Tucumán. Tocaba el timbre y nada. Hacía señas a uno de Seguridad y tampoco le abrían. “ ¡Ey, soy el árbitro, iuju!”, les gritaba. Y estaba meta tocar el silbato sobre la Figueroa Alcorta como para llamar la atención, insistiéndole a los jueces de línea que también hagan gestos con sus banderines como para hacerse ver: “¡Oigan, vinimos a dirigir, prometemos no anularles ningún gol. Vine con los jueces de líneas, porfi, abran!”, vociferaba. No hubo caso y se tuvieron que volver a casa a sin trabajar.
Desde luego, la no deseada irrupción del Coronavirus en el mundo requiere mucha atención y acciones preventivas. Pero River se mandó solo. Su presidente D’Onofrio dijo: “Que prime la salud, no el show” y por eso cerró las puertas de su estadio, una medida que hasta Maradona “bancó a muerte”. Pero para Tinelli, presidente de la Superliga, “el show debe seguir. Y si no juegan Ponzio y el Oso Pratto, ponemos a Larry De Clay y al Oso Arturo”, habría sugerido.
Está claro que la idea de jugar partidos de fútbol sin público no fue bien recibida por las hinchadas argentinas. Según pudo averiguar “Peligro de Wolf”, el colectivo de barra bravas argentinas preparó una serie de medidas preventivas de contención y concientización vinculadas al Coronavirus. Desde barbijos con los escudos de los diversos clubes hasta canciones aleccionadoras para la gente. La hinchada de Boca propuso enarbolar la figura del “Chipi Barbijo”, un hincha animado que concientice a la gente de los peligros de tocar un paravalanchas sin guantes o de arrojar un proyectil sin lavarse las manos posteriormente con agua y jabón.
La hinchada de River, por su parte, propuso repartir barbijos con la foto del Muñeco Gallardo diciendo: “Que la gente se cuide” y cambiarse de nombre hasta que cese la pandemia, desde ahora se llamarán “Los Borrachos del Alcohol en gel”. Hinchas de Nueva Chicago chicanearon a los de Vélez diciendo que jugar en el Amalfitani sin público es algo que el equipo del Fortín ya está acostumbrado. Y la barra de Racing preparó un cántico por demás instructivo:
“Esta es la gloriosa banda de la Academia,
la que se lava las manos pa’ evitar la pandemia.
Si estás en cuarentena no te quedes con ganas,
Racing juega por tele, miralo desde la cama.
Miralo desde la cama…”
No sabemos qué va a pasar, con el fútbol vernáculo. Yo como futbolero no tengo drama en “cuarentenearme” frente a la tele mirando durante 14 días todos los partidos sin público de la Superliga, o de la Bundesliga, de la liga ucraniana, de la recontra liga marroquí, de la mega liga bielorrusa o de la requeteliga que pasen.