“Convocamos a tangueros de diferentes generaciones, estéticas y filiaciones políticas, y tratamos de generar una especie de cupido laboral con parejas que nos parecía que podían generar nuevas estéticas”, plantea Cintia Trigo, referente del colectivo Trova Tanguera y –además- compositora y directora de La Vagabunda. “La Trova Tanguera es un colectivo de autores, compositores e intérpretes de tango canción con orientación social”, define la cantante, que coordina el proyecto junto a la editora Vanina Steiner y la realizadora audiovisual Luz Balaña. “Son siempre canciones de protesta que tratan de desnudar las violencias de la sociedad, tanto las institucionalizadas como las del día a día de las conductas humanas”, señala.
Las tres coordinadoras del colectivo armaron una lista de artistas que podían interesarse por el proyecto y los convocaron para componer, escribir una letra o interpretar. Pero, aclara Trigo, cada artista sólo podía participar en una función. “Fue difícil para algunos que hacen letra y música circunscribirse a un único rol”, cuenta. La idea era proponer temáticas a los autores para ver qué podía surgir de esos cruces y, al mismo tiempo, que cada tema pudiera incorporarse al repertorio de varios grupos u orquestas. “Nosotras no inventamos la idea de que el tango podía tener contenido político, ya había una historia donde eso ocurría y también muchos de los autores convocados habían abordado ya estas temáticas”, explica Trigo. La Trova Tanguera, sencillamente, propició cruces y nuevas composiciones que se plasmarán en un disco (aún se está grabando en los estudios de la Universidad Nacional de Lanús y donde colaboran como co-productores los guitarristas Pablo Sensottera –de La Púa- y Edgardo González –de Bombay Bs.As.-), en un documental y un libro que retratarán la movida. “Buscamos agrupar a todos aquellos tangueros que han empezado a usar el género para establecer posiciones políticas, ideológicas, para hacer un activismo o una militancia no necesariamente partidaria, sino más bien un intento de cuestionar lo que está mal y postular nuevas ideas”. Esa idea no sólo derivó en el documental que preparan, sino también en una convocatoria para armar una asamblea de colectivos tangueros (ver recuadro).
“En mi camino de cantautora me topé con otro colectivo, Mujer Trova, que son artistas de todo el país que se juntan y hacen shows, generan cancioneros y discos que giran por todo el país, y así difunden el trabajo de las otras”, cuenta. “Se me ocurrió que en general los autores tangueros estamos súper separados, que en el tango nuevo, para ser tan pocos, estábamos súper desconectados”, plantea. Trigo no es la única que hace esa observación sobre el tango contemporáneo. A diferencia de generaciones anteriores, acostumbradas a versionarse mutua y naturalmente, la generación actual retomó del rock la consigna de que cada artista interpreta sus propias canciones y el “cover” es más la excepción que la norma. Las mujeres de la Trova Tanguera –y otros muchos- proponen romper con esta dinámica. En los últimos años esto empezó a cambiar, reconoce Trigo. “Queríamos poblar el repertorio tanguero de canciones de protesta y estimular que los intérpretes se apropiaran de las canciones de sus colegas, las defendieran y las difundieran”, dice.
“A veces las inquietudes de uno también le surgen a otros al mismo tiempo, por ejemplo queríamos meter más chicas como letristas y compositoras”, recuerda. “Nos parecía el lugar más relegado, hay más intérpretes que autoras en el tango y cuando empezamos a buscar resultó que había un montón de autoras que no estábamos viendo, ¿y por qué esas canciones no eran interpretadas por las bandas? Muchas sólo interpretaban canciones de otros varones? Es importante que los varones las reversiones para naturalizar la circulación”.
El disco que viene “es de todos y es de nadie”, pues tendrá más de 100 artistas involucrados. Mientras aguarda la grabación de los últimos dos o tres temas y la confirmación de un festival en donde presentarlo, buena parte de esas producciones pueden escucharse (y verse) en el canal de Youtube del grupo.
“Yo creo fervientemente que el arte tiene que transformar el mundo”, declara Trigo. “A veces uno subestima el tener un micrófono, pero no cualquiera lo tiene para hablar en voz alta ante mucha gente, me parece que no decir algo importante es un desperdicio”, plantea y lamenta que la rotación radial las más de las veces proponga canciones “vacías de contenido ideológico y reflexión”. Para la cantante “la música le llega a la gente y las ideas copadas que pueden transformar el mundo tienen que llegar a la mayor cantidad de oyentes”.
Asamblea en 2x4
“Así como está la Trova, también hay colectivos de bailarines, de musicalizadores, de orquestas, ¿y si nos juntamos entre todos y buscamos un proyecto en común?”, plantea Cintia Trigo. Con esa premisa la Trova Tanguera convocó a otros y se conformó la Asamblea de Colectivos Tangueros, que estableció prioridades para avanzar con distintos proyectos. “Es un lugar para articular las actividades dispersas, porque el tango tiene muchas y muy diferentes ramas”, analiza la cantante.
Tras un año de trabajo y después de progresivos acercamientos entre distintos integrantes del conjunto, una de sus primeras intervenciones públicas fue la difusión de un manifiesto que celebra tanto “los 150 años de historia del tango” como “la importante renovación” de las últimas décadas y cómo el movimiento se volvió “más inclusivo, integrados y abierto a la participación”. La Asamblea “propicia reconocer el trabajo y el aporte de colegas de distintas generaciones”.
Además, advierte sobre la “precaria situación laboral, legal y ecónomica” de los trabajadores, la “deficiente reglamentación de las leyes promulgadas”, la “escasez de políticas culturales”, “la falta de transparencia en los mecanismos institucionales”. También reclama contra la inequidad de género en festivales, la explotación en el ámbito del tango “for export”, la persecusión a artistas callejeros y las barreras de las personas con discapacidades para integrarse. La Asamblea adhiere al protocolo contra la violencia de género elaborado por el Movimiento Feminista de Tango y, finalmente, considera que el tango “se encuentra en peligro ante la vigencia de políticas neoliberales que apuntan a desintegrar las particularidades locales y a vaciar de contenido e identidad la cultura popular”.