Una fiscal pidió que el efectivo de la Policía de la Ciudad acusado de provocar la muerte de un hombre al que derribó de una patada en agosto de 2019 en el barrio porteño de San Cristóbal sea juzgado por el delito de "homicidio preterintencional", informaron este lunes fuentes judiciales. En realidad, ya desde el 26 de noviembre, el policía Esteban Armando Ramírez (42) está acusado de ese delito después de que la Sala VII de la Cámara del Crimen confirmara su procesamiento por el mismo cargo, tras provocar la muerte de Jorge Martín Gómez (41). El pedido de elevación a juicio oral fue realizado por la fiscal Ana Cristina Yacobucci, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 32, y si es hallado culpable le correspondería la pena de1 a 3 años de prisión. En tanto la querella, representada por Ignacio Trimarco, solicitó a la jueza Yamile Bernan que el hecho sea encuadrado como un "homicidio con dolo eventual, agravado por ser un miembro de las fuerzas de seguridad", con lo cual, el acusado podría recibir prisión perpetua.
En noviembre la Sala VII de la Cámara del Crimen había confirmado el procesamiento sin prisión preventiva del imputado por el mismo delito que ahora requirió la fiscal para que sea juzgado en un juicio oral.
El crimen ocurrió el 20 de agosto , a las 7.43, en Carlos Calvo al 2600, entre Saavedra y Alberti, donde Gómez interrumpía el tránsito armado con un cuchillo, situación que fue denunciada al 911 por una pasajera de un colectivo. Las justificaciones de la intervención policial aluden a que el hombre interrumpía el tránsito amenazante con un cuchillo, según la denuncia.
Pero en el video se lo veía caminar tambaleante y se encontraba rodeado por cuatro policías. Los policías le dieron la voz de alto, pero Gómez siguió avanzando, claramente ebrio y con escasas condiciones de mantenerse en pie. En ese momento, Ramírez le lanzó una patada al pecho, y volteó a Gómez, que cayó pesadamente contra el asfalto y golpeó su cabeza. Según la autopsia, murió a raíz del golpe en el suelo, que le provocó un traumatismo craneoencefálico.
Los policías luego intentaron ocultar el crimen, Ramírez se cambió los borceguíes, y luego denunciaron que hallaron el cuerpo de un hombre caído en la calle y eludieron informar al SAME el golpe que recibió al caer.
La fiscal Yacobucci valoró dos testimonios "clarificadores" que "dieron cuenta del evidente estado de ebriedad que poseía Gómez, con su andar lento y bamboleante, el habla y la coordinación afectada, que implica que la fuerza empleada para lograr reducirlo no resultaba necesaria".
"En ese momento no había conducta alguna de alarma, es decir no esperó la respuesta a las órdenes que le había impartido a Gómez cuando le aplicó la patada que provocara que aquel cayera de espalda, situación que en definitiva le provocara la muerte, cuando en principio no debería haber tenido ese desenlace", dijo la fiscal en su requerimiento, según señaló Télam.
El policía había declarado que en un momento de distracción decidió golpearlo con una patada en el abdomen para que "pierda el aire y al doblarse poder reducirlo". Pero que, contrariamente a lo que esperaba, cayó pesadamente de espalda y que luego de la caída no le pareció que estuviere malherido ya que no tenía sangre, ni síntomas de que se ahogase.
"Las probanzas colectadas en autos, en especial las filmaciones del suceso, en conjunto con las declaraciones de los testigos y la autopsia efectuada por la Morgue Judicial, contradicen su versión", sostuvo la fiscal.
Por su parte, el abogado Trimarco dijo en su pedido de elevación a juicio que "el homicidio preterintencional sólo es admisible si el medio empleado por el autor no debía razonablemente ocasionar la muerte". Trimarco sostiene que "sin lugar a dudas, el imputado Ramírez, debió asumir como cierta la posibilidad de acabar con la vida de Gomez, al efectuarle un golpe de semejante entidad, a una persona que no ejercía resistencia alguna y se encontraba en estado de embriaguez". Para Trimarco, "Ramírez tenía el conocimiento de que con su conducta podía ocasionar la muerte de Gómez y, que a pesar de ello, continuó en su accionar y le asestó una patada brutal que finalmente lo mató", por lo que solicitó que sea juzgado por "homicidio agravado".
Y también recordó "la actitud posterior al hecho, con la cual pretendieron encubrir lo acontecido al retirarse del lugar, irse a cambiar los borceguies que utilizó en ese momento, anoticiarlo como un óbito en la vía publica y no informarle al personal del SAME del golpe que había recibido la víctima, lo que habría cambiado la posibilidad de sobrevida de la víctima".
Así como con Chocobar, Ramírez fue defendido por la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. "Cuando un policía termina con una amenaza está haciendo lo correcto" , había manifestado a los medios Patricia Bullrich en aquel momento. "Tuvo mala suerte", concluyó. Poco después de que la entonces ministra saliera abiertamente a apoyar al policía, la suerte de Ramírez mejoró y fue excarcelado bajo caución juratoria. Poco antes de Bullrich, el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, había justificado el crimen del policía, argumentando que "en este caso no se utilizó ningún elemento contundente. Ni la tonfa, ni un arma letal. Se le dio una patada para mantener distancia, para luego reducirlo. Vista así la imagen es muy brutal. Pero también lo es andar por la calle con un cuchillo, donde cualquier madre con una criatura podría haber sido lastimada y la situación hubiera sido otra", agregó el secretario de Justicia y Seguridad.