La volatilidad de las bolsas mundiales no se modera. El indicador Dow Jones de Estados Unidos anotó este lunes una caída del 12,9 por ciento y marcó la mayor caída diaria en 30 años. Se trata también del segundo mayor desplome de su historia (124 años de operaciones).
El nivel de incertidumbre llevó a suspender la compra venta de acciones al comenzar la jornada debido a las fuertes caídas de precios. Esta fue la tercera vez desde la semana pasada que las bolsas de Estados Unidos tienen que cortar momentáneamente las operaciones. La última vez que se habían suspendido las cotizaciones fue en 1997.
El desplome de los mercados norteamericanos muestra que las políticas monetarias y fiscales anunciadas hasta el momento no calman las expectativas de los inversores. La Reserva Federal había anunciado este domingo una baja de la tasa de interés a casi cero por ciento y medidas de coordinación con otros bancos centrales del mundo. El paquete de estímulo monetario previsto es el más importante desde la crisis financiera internacional en 2008. Pero los anuncios no evitaron la ola de venta por pánico de este lunes y otro desplome del mercado.
El temor de los inversores se vincula con la falta de certezas respecto del impacto de la pandemia en la economía global. Los modelos predictivos por el momento no son consistentes para saber si el freno de la actividad en los países desarrollados y los emergentes durará unas semanas o si esto es sólo el principio de los problemas. En su conferencia de prensa de este lunes Donald Trump dijo que no puede descartarse que la economía norteamericana entre en recesión e indicó que maneja escenarios en que la pandemia no se controla hasta julio.
La principal economía del mundo va a estar virtualmente parada en la primera parte del año y los resultados para la economía global no pueden ser buenos. A esto se suma que otras regiones con una importante participación en el Producto global también anunciaron medidas extremas para el control de la pandemia. Principalmente se destacan los anuncios de Europa en donde países como Francia pusieron a su población en cuarentena. La bolsa francesa perdió este lunes 5,7 por ciento y acumula una baja mayor al 35 por ciento desde mitad de febrero.
En otras economía claves del Viejo Continente también se registra un desplome de las acciones. Las acciones de Alemania perdieron al inicio de esta semana 5,3 por ciento y marcaron una baja de 36 por ciento en las últimas cuatro semanas. La bolsa española es otra que no encuentra piso. Este lunes cerró con una baja de 7,8 por ciento – llegó a caer 12 por ciento a mitad de la jornada- y acumuló un 40 por ciento de caída desde mitad de febrero. Las firmas que más perdieron son las vinculadas con el transporte y el turismo. Las compañías de aviación españolas se encuentran al borde la quiebra. El derrumbe de las cotizaciones es alarmante y en medios como El País aseguran que el cierre total de las bolsas es un escenario “no descartable”.
Materias primas
El precio de los commodities tanto de energía como de alimentos es otro de los indicadores que registra importantes rojos en las últimas semanas. Los más impactantes son los del petróleo. Este lunes el barril de crudo cotizó a 28,7 dólares. Se trata de una pérdida diaria de 12,8 por ciento y un retroceso del 52,8 por ciento desde el inicio del año.
La caída se explica por dos elementos. El primero es el exceso de oferta vinculado con la falta de acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia. La negociación por limitar la cantidad de barriles entregados al mercado por el momento no llega a buen puerto. El otro factor es la expectativa de disminución de la demanda de petróleo en los próximos meses debido al freno de la economía global. Los países del primer mundo tienen suspendidos los viajes y en algunos casos mantienen a una buena parte de la población haciendo tareas de teletrabajo.
Las materias primas vinculadas a los alimentos también están mostrando una tendencia de caída en los precios. La soja cerró este lunes con un retroceso de 3,3 por ciento y se ubicó en 311 dólares la tonelada. La oleaginosa cotizaba por encima de los 350 dólares a principio del año. Se trata de un retroceso de 12 por ciento desde ese momento. El precio del maíz y del trigo también registraron caídas cercanas al 10 por ciento en lo que va de 2020. En parte estas pérdidas se deben al cambio en el ciclo financiero internacional y su efecto sobre los derivados de commodities. Estos movimientos también ocurrieron en la crisis de 2008.