Desde París

”Estamos en guerra sanitaria”, dijo esta noche el presidente francés, Emmanuel Macron, en medio del discurso televisado donde anunció un confinamiento más estricto de la población, el aplazamiento de la segunda vuelta de las elecciones municipales (22 de marzo), la suspensión de las reformas en curso, entre ellas la de las jubilaciones y el cierre de las fronteras, tanto las exteriores de la Unión Europea como las del llamado “espacio Schengen” (fronteras internas). 

Esa guerra contra el virus también la asume en Francia el personal del consulado Argentino en París, confrontado a miles de llamadas y a una cifra final de argentinos que oscila entre 350 y 400 personas que tenían previsto regresar a la Argentina entre el 17 de marzo (día del decreto) y el 17 de abril, cuando deja de estar vigente la restricción aérea. Fuentes de la Embajada explicaron a Página12 que “se ha llamado uno por uno a los casos delicados, gente con un estado de salud no muy bueno, o muy angustiados y nerviosos. La gente está toda bien, no hay ningún caso extremo en la comunidad. Hay gente desparramada por toda Francia, desde turistas hasta parejas en luna de miel, gente que vino a visitar familiares, científicos, docentes, artistas. Se los acompañó, se los asesoró para que nadie se sienta huérfano”.

También se resolvió la incertidumbre del barco con 400 argentinos a bordo. Se trata del crucero Costa Pacífica que zarpó el pasado 3 de marzo desde Buenos Aires con rumbo a Génova (Italia) con poco más de 3.000 pasajeros, entre ellos 400 argentinos. Tenía escalas previstas en Río de Janeiro, Salvador de Bahía y Maceió (Brasil), Tenerife, Barcelona y en el puerto francés de Marsella. El crucero no pudo atracar en el puerto catalán, ni tampoco en Italia. La Embajada Argentina en la capital francesa confirmó a a este diario que se obtuvo la autorización para que el crucero pueda llegar a Marsella este 19 de marzo y que es la empresa quien se encargará del regreso de los 400 argentinos. Lo que también se está evaluando en este momento con otras compañías aéreas es el retorno de los argentinos con la empresa nacional desde los países donde Aerolíneas Argentinas no opera.

No hay rincón del mundo que no esté acechado por el coronavirus, más aún Francia porque se encuentra hoy en Europa, donde se arraigó el principal foco del Covid-19. La gravedad quedó desnuda este lunes a partir de las 8 en punto de la noche. El mandatario francés se dirigió al país en un tono grave para anunciar la extensión de las medidas restrictivas aplicadas desde la semana pasada y que, pese a la urgencia, una buena parte de la sociedad se pasó por alto.

El presidente decidió restringir todavía más los desplazamientos de la población. Ni reuniones familiares, ni encuentros con los amigos ni, como ocurrió el domingo al día siguiente de que el primer ministro comunicara el cierre de los bares, restaurantes, cafés, cines, discotecas y museos, ingreso masivo a las plazas o los parques. Macron adelantó igualmente que la segunda vuelta de las elecciones municipales estaba aplazada (tal vez hasta junio) y que todas las reformas en curso, incluida la tan cuestionada reforma del sistema de pensiones, estaban aplazadas. Se activará igualmente un plan de 300 mil millones de euros para ayudar a las empresas y a la población. 

Más tarde, el ministro francés de Interior, Christophe Castaner, amplió las modalidades de estas disposiciones. Habrá así a partir de este martes al mediodía 100 mil policías movilizados, el ejército y una suerte de mecanismo de ciencia ficción que obliga a los ciudadanos a llenar un formulario en el portal del Ministerio del Interior donde estos están obligados a declarar los motivos por los cuales salen a la calle. Si no se cumplen con estos pasos, el titular de la cartera de Interior precisó que se pagaría una multa que oscila entre los 38 y los 135 euros. Estas medidas de encierro social estarán vigentes durante 15 días. Todo dependerá de la evolución y la propagación de el coronavirus. Desde ya, la Unión Europea propuso este lunes prohibir el ingreso a el Viejo Continente a los ciudadanos que no pertenezcan a la Unión, y ello por un plazo de 30 días. 

En Francia quedó flotando una sensación de sin sentido agudo. Entre el jueves y el sábado pasados, desde el presidente hasta el jefe del Ejecutivo, salieron en cadena nacional para agregar restricción tras restricción al mismo tiempo que mantenían la consulta municipal, que movilizó a más de 40 millones de personas. Este lunes se anula la segunda vuelta y se agrega otro símbolo más: la suspensión de la reforma de la jubilación al cabo de meses de huelgas y manifestaciones y 40.000 enmiendas presentadas por la oposición en la Asamblea Nacional. El presidente la hizo adoptar mediante el artículo 49. 3 de la Constitución, el cual autoriza la adopción de una ley si pasar por el voto y la discusión parlamentaria. Francia ingresó en una fase dura de una cuarentena, con un perfil plural: no es sólo sanitaria sino también política.

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