La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) había anunciado la semana pasada una suspensión de seis semanas del circuito profesional masculino a causa del brote global de COVID-19. Esta suspensión implica que no se llevarán a cabo todos los eventos ATP Tour y ATP Challenger Tour programados hasta la semana del 20 de abril inclusive. Primero fue el Masters 1000 de Indian Wells el que cerró sus puertas por orden del departamento de salud pública del Condado de Riverside, y se le sumó el Miami Open por iniciativa de la alcaldía de Miami-Dade.
Ante este panorama, la asociación masculina resolvió dar de baja la actividad y esto afectará directamente al Masters 1000 de Monte Carlo, el ATP 500 de Barcelona y el ATP 250 de Budapest, entre otras citas de menor calibre. “La suspensión de seis semanas se produce a raíz de la declaración de la Organización Mundial de la Salud de que el COVID-19 es una pandemia mundial, y la restricción de viajes de 30 días anunciada por los Estados Unidos para ciudadanos extranjeros de 26 países europeos”, argumentó la entidad en un comunicado difundido en su web.
Por su parte, Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, profundizó sobre los motivos que llevaron a frenar el tenis durante al menos un mes y medio: "Esta no es una decisión que se tomó a la ligera y representa una gran pérdida para nuestros torneos, jugadores y fanáticos en todo el mundo. Sin embargo, creemos que esta es la acción responsable necesaria en este momento para proteger la salud y la seguridad de nuestros jugadores, el personal, la comunidad de tenis en general y la salud pública en general frente a esta pandemia global".