Los docentes porteños denunciaron que la ministra de Educación, Soledad Acuña, demora sin argumento la Resolución para que los maestros de las escuelas de la ciudad que pertenecen a grupos de riesgo, que tienen convivientes en esta situación o niños o ancianos a su cuidado, sean licenciados. Al no haber sido emitida esta reglamentación “quien decide qué docentes deben permanecer en las escuelas, y en qué horarios, es el criterio de cada director. Y de hecho, hoy tenemos el problema de que compañeras que deberían estar en su casa están yendo a las escuelas porque hay directivos temerosos de actuar sin un respaldo”. Asi lo advirtió Alejandra Bonato, secretaria de condiciones de trabajo de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). En el gremio reclaman desde el domingo a la noche el dictado de esta medida y califican la demora como una señal de negligencia.

Bonato agregó que en las escuelas porteñas la suspensión de las clases está falta de medidas de acompañamiento para los docentes. “Empezaron a mandar parte de los elementos de limpieza. Con esto hay un problema real y es que la industria está sobredemandada, no es fácil abastecerse, es comprensible que no haya una solución inmediata. En cambio, la demora en dictar la reglamentación no tiene un por qué y nos parece una falta de seriedad”.

Sobre el funcionamiento de los comedores escolares, UTE está planteando que sean las empresas concesionarias del servicio las que se ocupen de entregar la comida en forma de viandas a las familias, ya que son quienes están equipadas con personal con elementos de protección como barbijos y guantes.

Otra situación aún irresuelta es el de los docentes que estaban trabajando como suplentes por períodos que finalizan en estos días, y que al no poder tomar nuevos cargos quedarán sin ingresos. Para estos casos el pedido es la extensión del vínculo laboral hasta que el dictado de clases vuelva a la normalidad.