La importación de anteojos y armazones durante los primeros dos meses del 2017 creció 40,8 por ciento interanual. La Cámara Argentina de Industrias Ópticas y Afines (Cadoia) precisó que esa suba se da en un contexto de caída del consumo de 25 por ciento lo que constituye un combo explosivo que hace peligrar miles de puestos de trabajo en el sector.
Durante enero y febrero ingresaron al país anteojos y armazones por un valor de 3.341.298 de dólares, en comparación con los 2.372.695 dólares, que ingresaron en igual periodo de 2016. “Esto significa un aumento de casi un millón de dólares más que en 2016, año en el que ya habían crecido considerablemente las importaciones respecto al 2015”, precisó la cámara. Medido en unidades, durante los dos primeros meses de 2017 ingresaron al país 401.428 anteojos y armazones, lo que significa que en 2 meses se importó el 32 por ciento del total de importaciones del 2016, cuando entraron al país 1.253.013 unidades.
“Estos datos muestran la gravedad de la situación, porque este aumento en las importaciones se registró en comparación con los dos primeros meses de 2016, cuando el Gobierno nos decía que las importaciones habían crecido solamente por la transición para salir del sistema de las DJAI; y hoy vemos que esto no era así, que siguen aumentando sin ningún reparo”, aseguró el presidente de Cadoia, Norberto Fermani.
Según el relevamiento de la institución que nuclea a los fabricantes del país, la cantidad de importadores que realizaron operaciones durante el primer bimestre de 2017 se duplicó con respecto a 2015. “Pueden ser importadores directos, mayoristas, distribuidores o fabricantes que comenzaron a reconvertir su actividad, en desmedro de la producción local y el empleo”, afirmaron. “Nosotros no planteamos de ningún modo cerrar las importaciones, lo que buscamos es que el mercado tenga participación de producción local y productos importados; y fundamentalmente lo que nos preocupa es la caída sostenida en el consumo”, concluyó Fermani.
Al incremento de las importaciones en el sector, que en 2016 fue de 28 por ciento interanual y ahora se aceleró aún más, se suma que las pymes industriales fabricantes de anteojos y armazones tuvieron que hacerle frente a subas promedio en los servicios de luz, gas y agua del orden del 500 por ciento. A su vez, la cámara destacó que el crecimiento exponencial de productos importados se da en un contexto de fuerte caída del consumo en el sector, que alcanzó más 25 por ciento durante el 2016. Para este año la entidad prevé además un incremento del orden del 30 por ciento en los costos de logística, producto de los aumentos de combustibles y peajes anunciados.
La creciente importación de anteojos no es un hecho aislado sino que se inscribe en un contexto de apertura que afecta a numerosos sectores de la economía como textiles, calzado, cuero, juguetes y otros bienes de consumo final, situación que está poniendo en riesgo miles de puestos de trabajo, fundamentalmente en pequeñas y medianas empresas. El reclamo no solo es de las cámaras empresarias sino también de las centrales sindicales. La última marcha de la CGT se hizo frente al Ministerio de la Producción y el incremento de las importaciones fue uno de los mayores cuestionamientos.