Pasados muchos años desde que la editorial alemana Abrazos Books, publicara su primer libro, Culonas, la lejana editorial Tierra de Vientos viene a presentar un nuevo libro de Miriam Cairo, asidua contratapista de este diario, en un formato sencillo, con ilustraciones de Jorge Guzmán compuestas por Claudio Baffo .
Tal vez esta evocación de aquel libro, de estas contratapas, le permita al lector sentir otra vez esa sensación en la garganta que deviene de la lectura de los textos de Cairo y que, lejos de quedarse esperando que la deglutan, recorre las más íntimas fibras de todo cuerpo de todo lector que, en irremisible comunión, se pliegue al luminoso cuerpo de esta poesía y entonces recorra, cambie, alise, rice al fibroso mundo y sus alrededores.
Princesa de los códigos, la nombra, a Cairo, Rodrigo Malmsten desde la contratapa del libro, escrita en las lejanas playas de una teatral Bruselas. ¿Es necesario recordar que varones que nunca jamás han visto ni verán jamás a Miriam Cairo la han pedido en sagrado matrimonio seducidos y obnubilados por sus caderas de musa etérea destinada a los goces de la poesía encarnada? Ese es el encanto con que una vez más se nos recuerdan los infortunios de la virtud.
Alguien debía venir a recordarnos que hay náufragos en los mares de la luna, alguien debía presagiarnos que entrarán los naranjos derramando su azúcar continuo, entrarán los boxeadores con pollerita de plumetí, explicarnos que es imposible no escribir sin escribir. Y es justamente esa voz la que nos anuncia que en algún momento las santas rezan sus palabras buenas con las tetas llenas de vinagre.
Yo que la he visto a Miriam Cairo bajo el sol abrazador de los trópicos abrasados, caminar displicentemente como si fuera su propia capelina lo que guía al mundo, dudo que sea cierto que una mujer espera, bajo la lona verde, ser escrita por la mano de quien escribe. Y tal vez mi duda se funde en esa certeza que me ha quedado desde que leí la primera vez este libro y que desconocía antes: hay un mundo, una dimensión, un espesor, un color que sólo un espíritu refinado y harto sensible como el de Cairo puede apreciar en todas sus dimensiones y traernos, como una revelación, como una buena nueva, los detalles invisibles al ojo profano que, puestos a la luz en la húmeda palabra de Miriam Cairo, sorprenden a los sentidos, al cuerpo, al recuerdo.
SadoPoesía, de Miriam Cairo, se presenta hoy, a las 19.30, en el bar Oui, Mendoza 1098.