El desplome de los mercados mundiales fue otra vez impactante. Las bolsas de Estados Unidos como el Dow Jones perdieron un 7,3 por ciento y las europeas como el CAC 40 de Francia anotaron bajas del 5,9 por ciento. Existe una ola de venta en acciones tanto en países desarrollados como en economías emergentes. Los indicadores que siguen la cotización de las principales empresas de Brasil (ETF brasileños) perdieron este miércoles un 15,8 por ciento y las empresas puntuales como Petrobras bajaron 22,1 por ciento.
En la Argentina ocurre una situación idéntica con un retroceso del MerVal del 14,8 por ciento y firmas como la petrolera YPF con un desplome el 27,7 por ciento en la jornada. Esta empresa cotizó en Nueva York a 2,5 dólares. Se trata de una pérdida de 78,2 por ciento de valor en lo que va del año. La cifra es más impactante si se tiene en cuenta que ya había perdido la mitad de su precio el año pasado.
El problema se vincula con el precio internacional del crudo. El barril de petróleo volvió a marcar una caída histórica con un descenso de precio de 16,1 por ciento. Esto ubicó la cotización del barril en 22,9 dólares, cuando a principio de año cotizaba a 60 dólares. La caída se vincula con un doble efecto. El primero es la perspectiva de menor demanda debido al parate de las economías a partir las medidas para detener el contagio de la pandemia. El segundo es la falta de coordinación entre los países petroleros para limitar la cantidad de barriles despachados por días. La principal disputa se observa entre Arabia Saudita y Rusia.
La crisis petrolera afecta a la argentina porque limita las posibilidades de recibir inversiones en el complejo de yacimientos no convencionales de Vaca Muerta. A precios cercanos a 20 dólares deja de ser rentable explotar estar alternativas energéticas. Sin embargo colabora para poder limitar la inflación en el mercado interno al reducir el costo de la logística.
Las materias primas de la energía no son las únicas que muestran una fuerte volatilidad. El precio de los commodities de alimentos también reacciona ante la crisis financiera internacional. El valor del maíz cerró este miércoles en 135,4 dólares por tonelada y marcó un retroceso de 2,6 por ciento. En contraste el trigo se ubicó en 183,45 dólares y anotó un alza del 1,8 por ciento, en tanto que la soja cotizó a 303,3 dólares con una suba de 0,2 por ciento. La tendencia de los granos y de la oleaginosa en las últimas semanas fue a la baja y perdieron cerca del 10 por ciento de su valor a nivel internacional. Esto es un problema para la Argentina debido a que reduce las exportaciones en un contexto de fuerte incertidumbre global.
El nivel de la volatilidad para los activos locales alcanza puntos extremos. El riesgo país superó este miércoles los 4000 puntos y terminó la jornada en 4044 unidades. Se trata de un salto diario de 12 por ciento (429 puntos). Esto se explicó por un desplome del precio de los bonos soberanos tanto de corto como de largo plazo. Se destacó la baja del 22,6 por ciento del Par en moneda extranjera y del 12,4 por ciento del Bonar 2024. Los bonos acumulan pérdidas cercanas al 50 por ciento en lo que va del año (35 por ciento en lo que va del mes).
En el plano cambiario la Argentina muestra cierta ventaja respecto del resto de las economías regionales. Los controles a la compra de divisas permiten evitar saltos abruptos del dólar comercial. Este miércoles el dólar minorista cerró en 65,46 pesos y anotó una suba de 50 centavos (0,8 por ciento). El tipo de cambio mayorista se ubicó en 63,33 pesos y computó un aumento de 15 centavos (0,2 por ciento). En economías como Brasil la moneda llegó a subir un 8 por ciento a lo largo de la rueda y terminó la jornada con avances del 5 por ciento, al cerrar a 5,11 reales por dólar.
El Banco Central brasileño hizo intervenciones por 830 millones de dólares para intentar contener la devaluación. El Banco Central argentino uso 100 millones de dólares para contener la presión en la divisa y ubicarla en el precio objetivo de la jornada. El dólar ahorro (con recargo del 30 por ciento) terminó en 85,7 pesos, una cifra menor a la registrada en el dólar paralelo, que registró un salto de 2 pesos con 75 centavos para cerrar en 89,25 pesos. Esta cifra es casi idéntica respecto de la que registran los tipos de cambio financieros. El contado con liquidación cerró en 89,5 pesos (un alza de 1,5 por ciento) y el dólar mep lo hizo en 88,4 pesos (1,7 por ciento).