Desde Roma.Se espera que el coronavirus que está haciendo estragos en Italia - segundo país por el número de contagiados después de China - que el miércoles llegó a 28.710 casos positivos, llegue a su punto máximo la semana que viene. Y después, tal vez, comience a disminuir, dicen los expertos. Pero eso no basta para aplacar la angustia que hoy desencadenó el número de muertos dados a conocer por la Protección Civil que cada día da un informe de contagiados, muertos y curados. Hoy hubo un récord de fallecidos por el coronavirus: 475 personas. No se sabe la edad de estas personas ni si tenían patologías previas, aunque todo hace suponer que sí, porque buena parte de los enfermos graves son mayores de 70 años.
El número de fallecidos de hoy, de todas maneras, es alucinante, si se lo compara con cifras precedentes. Ayer fueron 345, el lunes 349, el domingo 368, el sábado 175. Los contagiados aumentaron levemente, de 26.062 ayer a 28.710 hoy. Pero los curados también aumentaron considerablemente pasando de 192 ayer a 1.084 hoy. La dos regiones más afectadas son Lombardía y Emilia Romania, ambas en el norte del país.
“Es una curva en crecimiento”, dijo Silvio Brusaferro, presidente del Instituto Superior de Sanidad, un prestigioso centro de investigaciones y control de la salud de la sociedad italiana al presentarse hoy el informe de la Protección Civil . “Estamos en una fase en la cual todavía se está midiendo los efectos de las medidas de protección adoptadas. Pero no tenemos que dejarnos abatir. Los datos que cotidianamente se presentan nos dicen que este es el camino justo para defender a las personas más frágiles y hacer que esas personas consigan asistencia en las estructuras hospitalarias”.
Brusaferro indicó asimismo que Italia es un país con muchas personas ancianas, y que la diferencia entre las personas fallecidas y los que logran curarse es de al menos 15 años. La fase de edad más afectada por la enfermedad – sobre todo hombres- es la que va de 70 a 79 años y los fallecidos entre 80 y 89, y generalmente estos casos son personas que tienen otras patologías como demencia, ictus, presión arterial, diabetes, cáncer, insuficiencia renal, entre otras, agregó Brusaferro. “Cuando analizamos los casos de personas fallecidas hemos visto que el 48,5% tenía tres o más patologías, el 25,6% tenía dos patología y otro 25,1% una sola patología. Sólo el 0,8% no tenía patología previa”, concluyó.
Para afrontar esta emergencia, Milán está construyendo un hospital de campaña en dos pabellones de la Feria de Milán, el más famoso centro de exposiciones de producción italiana frecuentado por empresarios de todo el mundo cada año. Pero no sólo Milán. El ejército italiano está montando también hospitales de campaña en algunas ciudades como Piacenza (región Emilia Romania) y Crema (Lombardia). En otras ciudades como Roma se está intentando destinar algunos hospitales menores a la internación exclusiva de enfermos de coronavirus para evitar el contacto con otro tipo de pacientes que normalmente frecuentan un hospital.
Mientras algunos ricachones de Italia como Silvio Berlusconi y la familia Agnelli (dueña de la Fiat) han donado 10 millones de euros cada uno para ayudar al servicio sanitario nacional, otros critican al gobierno por no haber tomado medidas más rápidamente. Para el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli, en cambio, “Italia hasta ahora ha tomado la decisiones justas. Es demasiado pronto para hacer eventuales modificaciones. Tenemos que esperar todavía algunos días, tal vez una semana”, para ver los resultados.
Por su parte el papa Francisco, que ahora celebra misa, reza y lee mensajes ante cámaras televisivas que trasmiten en vivo a los fieles ya que, por el coronavirus no está permitido el acceso a la Plaza de San Pedro, ni a la basílica de San Pedro ni a la iglesia de la residencia de Santa Marta donde el pontífice dice misa cada día, ha concedido algunas entrevistas telefónicas en estos días. Entre ellas una al diario romano La República publicada hoy, en la que contó que había ido a rezar a Santa María Mayor y a otra Iglesia del centro de Roma “para pedirle al Señor que detenga la epidemia”. Y para estos días de aislamiento total que están viviendo los italianos que no pueden salir de casa, Francisco aconsejó: "Debemos redescubrir la importancia de las pequeñas cosas, de los pequeños cuidados que hay que tener hacia nuestros allegados, la familia, los amigos. Comprender que en las pequeñas cosas está nuestro tesoro. Hay gestos mínimos, que a veces se pierden en el anonimato de la vida cotidiana, gestos de ternura, de afecto, de compasión que, sin embargo, son decisivos, importantes”.
Y halagó los que se dedican a salvar la vida de otras personas. “Agradezco a los que se dedican de esta manera a los demás. Son un ejemplo de esta sensibilidad hacia lo concreto. Y pido que todos estén cerca de aquellos que han perdido a sus seres queridos y traten de estar cerca de ellos de todas las maneras posibles. El consuelo debe ser ahora el compromiso de todos”. Y ante la pregunta :¿Cómo puede vivir con esperanza frente a estos días alguien que no cree en Dios?, el papa respondió: "Todos somos hijos de Dios y estamos bajo su mirada. Incluso aquellos que aún no han encontrado a Dios".