"Hemos sido llamados al cuidado y a la responsabilidad", dijo el obispo católico Oscar Ojea, titular de la diócesis de San Isidro y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, al referirse a la pandemia del coronavirus. El prelado hizo esta afirmación en el transcurso de una "misa por los enfermos" que celebró junto a sus obispos auxiliares, Guillermo Caride y Martín Fassi, y en la que aprovechó para subrayar también que "somos muy irresponsables, por lo menos en nuestro modo de tratar al planeta y de tratarnos entre nosotros" y que "esto se ha puesto de manifiesto ante distintos fenómenos como el del calentamiento global".
Ojea dijo que frente a la situación generada por la pandemia "cuidarnos a nosotros mismos de un modo responsable es la mejor manera de cuidar a los demás", porque "la responsabilidad y el cuidado se oponen al miedo y al pánico". Según el obispo "el miedo nos lleva a ocuparnos solo de nosotros mismos, a no pensar en los demás, a tener actitudes antisociales". En cambio, prosiguió, "el cuidado y la responsabilidad que parten del respeto y la delicadeza para con el hermano nos lleva a la solidaridad, al amor, al servicio".
El presidente del Episcopado católico afirmó que "todo desafío tiene de un lado una amenaza que tenemos que tener en cuenta, pero también lleva oculto la posibilidad de crecer como personas y como comunidad".
Agregó que ante vínculos bastante desgastados en la sociedad en la que vivimos en la cual experimentamos mucho aislamiento, tal vez este nuevo modo de estar aislados pueda servirnos como una verdadera ocasión para reconstruir vínculos en nuestra comunidades", porque "podemos estar lejos pero en comunión".
Adhiriendo a las recomendaciones hechas por el gobierno ante la crisis del coronavirus, la jerarquía católica dio recomendaciones a sus fieles para eviten las reuniones masivas, dispensó la obligación de asistencia las misas dominicales e impartió instrucciones a sus ministros para minimizar las posibilidades de contagio.
Pero no solo al coronavirus se refirió Ojea. En su homilía recordó que en el país existen 4.400 barrios carenciados en los que "viven millones de personas". El obispo recordó que "a estas personas no les va a ser muy fácil estar en sus casas ya que necesitan salir para ganar el pan para sus familias día a día". Y puso de manifiesto que, particularmente en la Capital Federal, se registraron 666 casos de dengue "por falta de cloacas y a causa de las aguas servidas". Advirtió Ojea que "estos casos no aparecen tanto en los diarios porque estamos pendientes del coronavirus, pero es muy importante tenerlos en cuenta para ensanchar nuestra mirada y para crecer en nuestra capacidad de servicio".
El obispo de San Isidro reflexionó que "necesariamente estos días nos van a llevar una mayor austeridad y a un mayor cuidado en nuestras costumbres diarias" y, por otra parte, "como habrá menos emisiones de gas en el planeta respiraremos un aire más puro y esto tal vez nos animará a provocar cambios", subrayó.
En la ocasión Ojea finalizó diciendo que "en una crisis se pone a prueba la fibra más íntima de los pueblos" y abogó para que "nosotros podamos demostrar en esta instancia difícil lo mejore que hemos heredado de nuestros padres".