En el penal mendocino de Boulogne Sur Mer se recibió el primer abogado del Programa de Educación Universitaria en Contexto de Encierro (PEUCE) de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO).

Se trata del estudiante David Sánchez, que rindió la última materia de Derecho y así se convirtió en el primer abogado recibido en contexto de encierro en Mendoza.

Desde el programa indicaron que Sánchez mostró interés en seguir alguna maestría o posgrado, una vez que termine los trámites de su título de grado. Desde la Universidad indicaron que está la voluntad de acompañar ese nuevo proceso.

Sánchez fue, junto a otro compañero, uno de los impulsores del comienzo del programa, en 2008, cuando hicieron un pedido ante el juez de ejecución de condena para estudiar y fueron derivados a la universidad pública, que luego se encargó de institucionalizar la iniciativa.

Melisa Moyano, coordinadora del PEUCE, destacó el crecimiento del programa en estos 12 años: “Pasamos de tener dos facultades con dos carreras y ahora tenemos cinco facultades con 12 carreras de grado”.

En un principio sólo cursaban con régimen libre, pero con el desarrollo y el crecimiento de la demanda fue necesario mayor acompañamiento pedagógico. La coordinadora destacó el compromiso de las facultades ya que ahora “los docentes van al dictado de clases y también dan clases de consulta cuando que antes sólo iban a tomar exámenes”.

El programa tiene casi 300 estudiantes en dos sedes: una en penal de Boulogne Sur Mer, donde se recibió David, y la otra en el complejo penitenciario Almafuerte. Allí se dictan carreras de las Facultades de Derecho, Educación, Ciencias Políticas y Sociales, Filosofía y Letras y del Instituto Tecnológico Universitario. En la actualidad, los estudiantes son acompañados y orientados semanalmente por un equipo de 12 docentes y 28 tutores disciplinares.

En ambas sedes cuentan con aulas universitarias donde se desarrollan las clases, las tutorías y los grupos de estudio e intentamos replicar de la mejor manera posible lo que pasa en el campus, pero en contexto de encierro.

En cuanto a la evolución en la cantidad de estudiantes, Moyano explicó el crecimiento de los interesados en seguir una carrera universitaria porque los presos “encuentran un espacio de libertad”. “En la universidad no están los penitenciarios, no hay rejas ni candados y ellos cuidan un montón este espacio porque es un lugar en donde no son internos ni presos; son estudiantes”, agregó.

A futuro, la coordinadora del programa afirmó que “la idea es seguir avanzando y mejorar la calidad educativa porque estamos hablando de un derecho humano fundamental”, pero para llevarlo a cabo –indicó- es necesario “más presupuesto, más compromiso del servicio penitenciario provincial y del rectorado, porque si no todo queda en una combinación de buenas voluntades y no es suficientes”.

 

“Es necesario que cuando se dice que se está a favor de la educación en contexto de encierro se traduzca en políticas públicas reales, porque desde mi punto de vista la educación es el único espacio que permite hacer algo distinto en contextos de encierros, porque son instituciones muy complejas y perversas”, remarcó Moyano.