El presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa decretó el estado de emergencia, una medida que no se tomaba desde hace 45 años. “Se trata de una verdadera guerra”, subrayó el mandatario. La medida habilita a la suspensión parcial de derechos y libertades para proteger a la población y atender la crisis provocada por el impacto del coronavirus. De esta forma el gobierno portugués intentará frenar la expansión de la pandemia que hasta el momento dejó 2 muertos y 642 personas contagiadas.

La iniciativa presidencial fue apoyada por el Gobierno del socialista António Costa y aprobada después por la Asamblea de la República. Para el presidente ibérico se trata de una decisión excepcional en un tiempo excepcional, según afirmó en un mensaje dirigido al país. La medida tendrá una duración de 15 días que pueden ser prorrogados. Rebelo de Sousa reconoció que la sociedad quedó dividida ante el decreto, sin embargo subrayó la necesidad de avanza en ese sentido. "Otros países que ensayaron espacios graduales llegaron ahora a decisiones más drásticas. Nosotros, que comenzamos más tarde, debemos aprender de los otros y ahorrarnos etapas aunque parezca que pecamos por exceso", dijo el mandatario.

El presidente subrayó que el decreto no abre la puerta a una interrupción de la democracia sino que es la democracia intentando impedir una interrupción en la vida de las personas. "Es un desafío enorme para nuestra manera de vivir y nuestra economía", insistió Rebelo de Sousa. El Ejecutivo decidirá el jueves qué medidas concretas adoptará al amparo del estado de emergencia. En otras opciones la medida le permite prohibir los desplazamientos o la permanencia en la vía pública de los ciudadanos si no hay una justificación por su actividad profesional. Además, el Ejecutivo puede intervenir servicios de carácter privado, establecimientos comerciales e industrias o modificar su actividad habitual.