Dos personas muertas, un tendal de heridos, el caos en el transporte de vuelta. Incendios y rotura de frentes de locales. El recital del Indio Solari en Olavarría derivó en lo que en parte carga su mitología y traía por anticipado a la ciudad que lo recibió, y lo que en parte resulta del uso interesado de esa mitología y que, en definitiva, no se tomó en cuenta para la logística de la ciudad por parte de las autoridades locales. El presidente Mauricio Macri envió sus condolencias a los familiares de las dos personas fallecidas y aprovechó para levantar su índice y sermonear: “Esto sucede cuando uno pasa por encima de las normas. Dicen ‘tanta gente puede entrar a un lugar’ y por ahí resultan antipáticas”. Macri no dijo nada respecto a que el que incumplió las normas fue el propio intendente local, de Cambiemos, Ezequiel Galli. Si los recitales del Indio tienen como norma que entran sin entrada decenas de miles de seguidores al promediar el espectáculo, las autoridades locales dejaron de lado el dato como previsión. Pese a que la historia se lo marcaba, Galli tampoco se detuvo en que la ciudad quedaría desbordada. No fue una diferencia de diez mil personas. Entró más gente en la ciudad en un fin de semana que la cantidad de residentes, y todos debían alimentarse, pasar una noche y partir. Galli fue fiador del espectáculo ante la justicia para que éste pudiera realizarse, contrato que firmó como jefe comunal salteando al Concejo Deliberante.
Dos hombres, uno de ellos de 41 años y el otro aún no identificado, murieron durante el recital. Más de veinte personas fueron atendidas de urgencia en el hospital municipal local Héctor M. Cura, la mayor parte de ellas como consecuencia de una avalancha ocurrida durante el espectáculo, aparentemente cuando el Indio Solari cantaba su tercer tema. La mayor parte de la presión que descargó la avalancha de público tuvo lugar cuando miles de seguidores comenzaron a presionar para ingresar sin pagar entrada, como ya es tradicional en los recitales del Indio. El hombre fallecido de 41 años fue identificado como Fernando Javier León, oriundo de la localidad bonaerense de Los Polvorines. La fiscal a cargo de la investigación de lo ocurrido, Susana Alonso, informó que ambos hombres habían fallecido dentro del predio y durante el espectáculo. “Las autopsias se estaban haciendo, pero aparentemente en uno de los casos es un infarto y otro un aplastamiento”, apuntó la fiscal. Según otras versiones, no habría sido resultado de la avalancha sino por impactos en el tipo de festejo conocido como pogo. Sea como sea, el informe preliminar de los forenses indicó que León falleció por trombosis cardiopulmonar, mientras el hombre que no había sido identificado falleció por un paro cardiorrespiratorio traumático y no presentaba lesiones típicas de aplastamiento interno sino más compatibles con ingesta de alcohol o sobredosis.
El secretario de Salud de Olavarría, Germán Maroni, precisó ayer, más de medio día después de los incidentes, que quedaban “seis personas internadas actualmente” en el hospital municipal de esa ciudad, de las cuales “cuatro se encuentran estables y dos en terapia intensiva”. Precisó que quienes se encuentran en terapia intensiva son Antonella Falcón, de 22 años, y Daniel Robles, de 30, mientras que los pacientes que se encuentran estables fueron identificados como Julián Dorcelio, Luciano Farias, Jorge Ortiz, Alejandro Gamarro.
La fiscal Alonso había pedido a las autoridades que informaran sobre los nombres de las personas fallecidas e internadas, por el caos informativo que provocaba más desinformación que otra cosa.
“La mayoría de los internados por intoxicación se han ido –aseguró Maroni–. Los dos pacientes que están en internados en terapia intensiva, se encuentran en una situación crítica con posibilidad de mayores complicaciones”.
Según los cálculos iniciales de los investigadores, el público presente ascendía a 300 mil, cuando el lugar, el predio rural La Colmena, ubicado en un lateral de la ciudad, estaba autorizado para recibir a 200 mil personas. Según otras estimaciones, el público presente podía alcanzar las 400 mil personas pero la cifra será motivo de tareas de peritaje. La cantidad de público que ingresó sin entrada tema puede llegar a alcanzar varias decenas de miles.
La fiscal a cargo del caso, Susana Alonso, tomó declaración como testigo al Indio Solari, y citó a declarar a los organizadores del evento, la productora En Vivo S.A., que tiene el antecedente trágico del recital de La Renga, el 30 de abril de 2011, en el Autódromo de La Plata, durante el que el joven, Miguel Ramírez, recibió el impacto de una bengala en el cuello, y murió días más tarde. La productora, en aquel momento se llamaba Chacal Producciones.
La productora desembolsó 300 mil pesos en dos cuotas de 150 mil para tener habilitado el lugar, el predio rural La Colmena, de la Cooperativa Agraria Limitada, según la información que se distribuyó entre los medios. El fiador para que se realizara el evento fue el propio intendente Galli, sin que su decisión hubiera pasado por el Concejo Deliberante. Los DNU de Cambiemos. Entre sus obligaciones como fiador, Galli asumía “llevar a cabo las tareas de acondicionamiento del predio, aportando materiales y humanos para la realización del show”. “Es dable destacar que el municipio que represento colaborará de manera que todas las partes involucradas en el convenio celebrado resulten indemnes a las consecuencias que pudieran derivar del evento musical a llevarse a cabo”, agrega el intendente en el contrato.
La fiscal Susana Alonso prometió “ir a fondo” para determinar quiénes fueron responsables del descontrol en el recital y el posrecital. “Notifiqué a los productores, estoy trabajando y mi idea es ir a fondo y llegar hasta el final”, apuntó la fiscal.
Alonso dijo que pidió a las autoridades de Olavarría “que hagan públicos los nombres de los fallecidos y heridos” y se lamentó de que “hay gente cortada, fracturada” a causa de avalanchas y el amontonamiento del público.
La fiscal evitó confirmar o desmentir que había casi 300.000 personas en el recital cuando empezaron las avalanchas que desembocaron en la muerte de dos hombres, pero señaló que todo indica que se excedió con creces la capacidad del predio “La Colmena”, donde se llevó a cabo el evento.
Según testigos, el predio “La Colmena” estaba colmado por el público cuando al llegar al tercer tema interpretado por el Indio Solari entró una oleada de gente que sobrepasó a los encargados de seguridad, lo que derivó en una avalancha que ejerció una fuerte presión sobre las personas que ya estaban dentro.
Lo sorprendente en toda la información que circuló alrededor del show y las consecuencias, fue que se hizo hincapié en las miles de personas que ingresaron al predio sin pagar entrada, como si la dimensión de las cantidades hubiera sido una cifra imposible de prever para las autoridades locales. El propio Solari en un escueto comunicado a través del Facebook Virumancia, uno de sus canales habituales de comunicación, alertó: “Para las familias que esperan a los suyos: Una vez más, de forma irresponsable y mezquina los medios están vendiendo pescado podrido. Por favor no crean todo lo que se dice. Esperamos que con el correr de las horas todos vayan llegando a sus hogares. Viru”.
Mientras, la fiscal Alonso dijo que “todavía es muy precaria la instancia de la investigación, porque recién empieza, pero nos da la sensación de que el lugar estaba preparado para menos cantidad de gente”. Aseguró que los primeros cálculos indican que el lugar estaba en condiciones de albergar “200 mil personas, a lo mejor”, mientas que “la estimación según los drones, podría superar los 400 mil. No sé si todos tenían entradas ni cuántas vendieron. Pero sí, por lo que me dicen los peritos, una de las causas pudo haber sido esa”, dijo. Alonso aclaró que las muertes ocurrieron al inicio del recital, pero que “a las tres (de la madrugada de ayer) abrieron las puertas y entró gente y más gente”, si bien las declaraciones de testigos indican que “no hubo forcejeos para entrar” al predio.
Dijeron que el artista suspendió el recital durante casi media hora pidiendo a la gente que levantara unas personas que podían estar borrachas. La seguridad dentro del predio estaba a cargo de los organizadores del recital, dijeron fuentes policiales. El intendente Galli, promotor de esta información, no informó sobre su papel de fiador ante la justicia de la totalidad del evento, para que éste pudiera ser autorizado.
En las primeras horas del domingo, miles de personas deambulaban por la zona en busca de familiares y amigos. Según los testimonios, muchos habían llegado en micros contratados en grupo pero antes de la hora indicada emprendieron la partida sin aguardar a la totalidad de los pasajeros, por temor a los incidentes, dejando sin pasaje y en muchos casos sin documentación ni dinero (lo habían dejado en el interior del micro) a miles de simpatizantes que no tenían manera de regresar. Muchos se encontraron que tampoco había abasto en los micros porque no estaba calculado ni había capacidad en la ciudad para sostener una respuesta.
A tal punto llegó la desinformación que familiares de seguidores del Indio Solari abrieron una página en Facebook para buscar desaparecidos durante y después del recital.
La Ruta 3, que fue la vía de acceso y desagote de los cientos de miles de simpatizantes, terminó completamente colapsada. Calculan que a la ciudad ingresaron 100 mil vehículos por el espectáculo, pero que fueron llegando en varios días, mientras que la salida tuvo lugar en simultáneo. La ruta 3 no soportó el embate. Al mediodía murió un joven que volvía del recital en un choque automovilístico en la ruta 3, a la altura de San Miguel del Monte.