Mientras la atención de la opinión pública se concentra cada vez más en el avance del coronavirus, la epidemia del dengue continúa su expansión en Argentina . Esta semana, el virus se masificó en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Córdoba, Misiones y Corrientes, y se calcula que ya son cerca de cuatro mil los infectados en todo el país. Para conocer más sobre la situación, Página|12 dialogó con Leonel Tesler, médico sanitarista y presidente de la Fundación Soberanía Sanitaria (FSS) y con Pía Machuca, coordinadora de la Comisión de Emergentes y Enfermedades Endémicas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)
“El dengue tiene menos prensa que el coronavirus porque es una enfermedad del hemisferio sur, que nunca va a llegar a afectar al hemisferio norte porque allá no existe el mosquito", explica Tesler y agrega que "estamos acostumbrados a que la ciencia del norte nos diga cuáles son nuestros problemas de salud, estudiamos de libros producidos en Estados Unidos y Europa, leemos sus revistas y seguimos sus recomendaciones de política sanitaria. Nos cuesta muchísimo identificar un problema que sea propiamente nuestro por más que esté delante de nuestras narices".
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante todo el año 2019 se registraron 3.139.335 casos de dengue y 1.538 muertes en la Región de las Américas, que abarca a todos los países de Latinoamérica, siendo el número de infectados más alto en la historia. Del total de casos, 2.226.914 correspondieron a Brasil, que también reportó la cifra más alta de su historia.
En este contexto, la OPS advirtió que para 2020 la epidemia se trasladaría a otros países de la región. "El dengue es endémico en muchos países de la región, como Paraguay o Brasil, que están cursando brotes muy grandes, por lo cual esto que está pasando en Argentina no es un hecho aislado, tenemos mucho flujo de personas con esos países", detalla Machuca y Tesler agrega que "con los brotes de esos países era lógico que cuando empezara el verano se produjeran muchos más casos que otros años en Argentina".
El último boletín epidemiológico publicado de manera oficial por el Ministerio de Salud de la Nación el pasado 15 de marzo, registró cifras desde agosto de 2019 hasta el día 2 de marzo de este año. En el informe se puede leer que, hasta esa fecha, eran 1.743 los casos confirmados en todo el país. Sin embargo, desde aquel momento hasta hoy, las cifras siguieron en aumento. Esta semana, Córdoba reportó 526 contagios y dos muertes, Formosa informó 510 casos y Corrientes 410.
Por su parte, la Ciudad de Buenos Aires notificó esta semana 666 infectados: "Desde que comenzó 2020, en la ciudad hay cada vez más notificaciones, hasta hoy hubo 1749 casos notificados como sospechosos, de allí salieron los 666 confirmados, de los cuales 479 no tienen nexo epidemiológico con los países endémicos", asegura la integrante de la SADI. Si se suman las cifras reportadas por todas las jurisdicciones del país desde el 2 de marzo hasta la fecha, el número de infectados escalaría a cerca de cuatro mil casos en Argentina.
“El último gran brote que tuvimos en el país fue en 2016 con más de cuarenta mil casos confirmados y más de setenta mil notificados, lo cierto es que ahora estamos lejos de eso pero así y todo se trata de la cifra más alta desde ese año", explica el presidente de la FSS. Durante 2017 y 2018, la intensidad del brote había descendido en Latinoamérica para llegar a romper el piso de quinientos mil casos, del que no se bajaba desde el año 2005. Sin embargo, el repunte de 2019 volvió a complicar la situación: "Es muy difícil predecir que puede suceder de acá a futuro, por eso es importante monitorear semana a semana a los infectados y que cada centro de atención notifique los casos sospechosos", sostiene Machuca.
Si bien la tasa de mortalidad del virus del dengue es muy baja - en el informe de la OPS se puede leer que en 2019 la tasa fue de un 0,49 por ciento -, lo cierto es que la enfermedad tiende a propagarse con facilidad: "el virus circula en la sangre del infectado durante los primeros cinco días, en esos días el mosquito puede picarlo e infectar a cualquier otra persona", detalla Machuca mientras que Tesler asegura que "el mosquito vector, el Aedes Aegypti, es particular porque es uno de los pocos que no necesita ninguna condición especial para criarse, con que haya un poco de agua acumulada alcanza para que aparezca".
En este sentido, los dos especialistas coinciden en que una de las acciones más importantes es el descacharrado. Según Machuca "hay que destinar las políticas a disminuir el vector, con descacharrado y fumigación, habría que reforzar estas acciones durante el año para llegar al verano de otra manera". Para Tesler "el Estado debería coordinar las tareas de descacharrado, hay una lógica histórica de dejar esta tarea en manos del ciudadano y creo que el Estado debería asumir las riendas como lo está haciendo con las medidas contra el coronavirus”.
Para el médico sanitarista, existen posibilidades de eliminar al vector: "no me animaría a decir que es imposible, el mosquito vuela solo a cincuenta metros a la redonda, si se hacen acciones coordinadas desde el Estado es posible que en un país deje de haber estos mosquitos. Por otro lado, en este momento existen experimentos para intentar modificaciones genéticas que logren que el mosquito deje de reproducirse o de contagiar, creo que vale la pena invertir en eso".
Por último, la médica de la SADI hace hincapié en no descuidar los diagnósticos de dengue en épocas de avance de coronavirus: "ahora que Brasil entró en zona de riesgo por coronavirus, puede pasar que a un síntoma como la fiebre se lo ubique solo en el rango de esa enfermedad cuando desde Brasil sigue llegando gente con dengue que presenta fiebre. El dengue es muy importante y si no se baja bien la información puede ser peor".
Informe: Santiago Brunetto.