Con un nuevo video, que está online desde la madrugada del 18 de marzo, los amigos de Fernando Báez Sosa junto a su novia Julieta Rossi, mantienen el pedido de justicia por el crimen del joven, ocurrido en la madrugada del 18 de enero. Con énfasis en un detalle legal: “No a la domiciliaria” reclaman. Muestran pancartas, afichetas, despliegan carteles sobre las avenidas, en Plaza de Mayo, o en las escalinatas de la Facultad de Abogacía donde estudiaban Fernando.
A dos meses de esa madrugada en la que un grupo de rugbiers zarateños comete el crimen, Julieta y los amigos de Fernando tenían pensado realizar una actividad solidaria en Parque Rivadavia. Una colecta de útiles escolares para una escuela de Chaco. La emergencia sanitaria obligo a cambiar la agenda. Pero no se silenció la voz que pide “Justicia por Fernando”.
“Hicimos el video, para homenajearlo, para pedir justicia y para que no se olvide”, dice Julieta en charla telefónica con Página|12. La joven estuvo hasta las 5 de la mañana editando el video. Dos meses antes, a esa misma hora, ocurría el crimen de Fernando. A la salida de un boliche, de vacaciones, en una ciudad de playa. La crueldad de la escena, de inmediato registrada fue viral. Los diez acusados del crimen, esa mañana fueron detenidos.
“Hoy 18 de marzo se cumplen dos meses del asesinato de Fernando Báez Sosa. Por eso, seguimos pidiendo justicia” anuncia la placa de inicio sobre una imagen de Fernando, mochila al hombro, en un atardecer. Sonríe. Parece estar yéndose. Y comienzan las voces que exigen justicia: “Diez cobardes asesinos terminaron con la vida de Fer. No a la domiciliaria”, sostienen. Están los padres de Fernando, sus amigas y amigos, otros padres, nuevos amigos.
“Que el coronavirus no nos haga olvidar que diez cobardes mataron a un inocente”, dice una joven. Esa frase es el corazón del video. La pieza se suma a otra ya publicada en redes, donde los amigos de Fernando también focalizaban “no a la domiciliaria” para los imputados.
Hasta el momento, hay dos acusados como “participes necesarios” que esperan en sus casas de Zárate a que avance el proceso. Los ocho restantes, se especula en torno al caso, “ya se prueban las pulseritas de la domiciliaria”. Están detenidos en la alcaidía de Melchor Romero donde las condiciones son mejores que en Dolores. En tanto las audiencias orales, está suspendidas por la emergencia sanitaria.