En Latinoamérica las medidas de cuarentena por el avance del coronavirus se profundizan día a día. Mientras Perú ya declaró el "Estado de Excepción", Ecuador lo hizo con el "Estado de Emergencia" y ambos países decretaron el toque de queda para horarios nocturnos, lo mismo que sucedió en Bolivia. Por su parte, Chile entró en "Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe" por noventa días, lo que le otorga múltiples atribuciones a su presidente, Sebastián Piñera. En Uruguay ya se evalúa la "cuarentena general", mientras que en Brasil la gente protesta en las calles para exigirle a Jair Bolsonaro que tome medidas más drásticas.

El martes, cuando solo se registraban 58 infectados por coronavirus en Ecuador, el presidente Lenín Moreno decretó el "Estado de Excepción con toque de queda": "Se cierran los servicios públicos a excepción de salud, seguridad y servicios de riesgo" dijo Moreno al tiempo que anunciaba que "habrá toque de queda desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana". Algo similar sucedió en Perú, donde el miércoles, con 145 casos confirmados y luego de anunciar el "Estado de Emergencia", el presidente Martín Vizcarra decretó "inmovilización social obligatoria" desde las 20 horas hasta las 5 de la madrugada del día siguiente. Durante el primer día del toque de queda, la policía peruana efectuó 150 detenciones.  

En Bolivia, donde hay quince casos confirmados, la presidenta de facto Jeanine Áñez también aplicó el miércoles el toque de queda durante doce horas del día. Por las calles de La Paz, la policía y el ejército anuncian a través de megáfonos que "el comercio debe cerrar a las tres de la tarde, el transporte público debe circular hasta las cuatro y el privado hasta las seis de la tarde". A partir de ese horario, y hasta las seis de la mañana, nadie puede salir de sus casas. 

Por su parte Chile, que con 342 casos es uno de los países de la región con mayor cantidad de contagios, entró este miércoles en "Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe" por noventa días. Entre otras cosas, Piñera anunció que el decreto habilita "una valiosa y necesaria colaboración de las Fuerzas Armadas para enfrentar mejor esta crisis". Además de dotar de mayores atribuciones a las Fuerzas Armadas chilenas en las calles, en el marco de un contexto de abierto conflicto social, el decreto permite al presidente activar aislamientos de ciudades y decretar el toque de queda cuando creyera necesario. 

En Brasil, donde al 19 de marzo se contabilizan 524 casos y cuatro muertes, las medidas tomadas por el gobierno aún no se volvieron tan estrictas. Por esta razón se produjeron protestas en las calles de San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia, Salvador, Fortaleza, Natal, Belo Horizonte y Porto Alegre para exigir mayores acciones al gobierno. Es que en estas ciudades las personas comenzaron un proceso de "autoaislamiento" ante la falta de comando del gobierno de Bolsonaro, que hasta hace una semana calificaba a la pandemia como "fantasía". Ahora, el presidente anunció una serie de medidas económicas, entre las que se destaca la ejecución de tres mil millones de dólares destinados a una ayuda de 41 dólares mensuales por tres meses a las personas desocupadas. Sin embargo, el gobierno nacional no anunció ninguna nueva medida de cuarentena o aislamiento.

El caso de Brasil es similar a los de Italia y España, donde las medidas restrictivas demoraron en profundizarse y la curva de contagios terminó por elevarse con rapidez. Cuando el gobierno italiano decretó la cuarentena total ya habían pasado dos semanas del inicio del brote, y eran más de ocho mil los casos confirmados con más de 400 muertes. Este jueves el primer ministro Giuseppe Conte confirmó que la cuarentena se extenderá más allá del tres de abril, fecha que se había establecido en un primer momento.

Algo similar sucedió en España, que recién declaró la cuarentena obligatoria cuando se registraban más de seis mil contagios y trece muertes. Para la fecha en que España anunció la cuarentena, ya había pasado más de un mes desde el primer contagio confirmado. 

Distinto fue el caso de China, que el pasado 23 de enero, cuando el país registraba 600 contagios y 18 muertes, decidió el aislamiento total de once millones de personas en la ciudad de Wuhan, epicentro del brote de coronavirus, y la construcción de hospitales en tiempo récord para aislar a los infectados. Este jueves, 56 días después de comenzado el aislamiento, Wuhan concluyó su primer día sin contagios registrados en más de dos meses.