El actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, fue reelegido en su cargo por cinco años más. Con 23 votos a favor Almagro se impuso a la excanciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa. De esa forma, superó la barrera de 18 votos necesario para lograr reelección. La votación se llevó a cabo pese a que un grupo de países, entre ellos México y 13 miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom), habían pedido que se aplazara debido al coronavirus. México y Argentina votaron a la candidata ecuatoriana. Estados Unidos, clave para la reelección.
Una votación con guantes de latex
La postulación de Almagro había recibido un fuerte respaldo de Estados Unidos, Brasil y Colombia. “En primer lugar, fundamentalmente, mi agradecimiento a aquellos que llevaron adelante mi candidatura, aquellos que palmo a palmo la defendieron, la promovieron y la lucharon", aseveró el político uruguayo. Almagro, una de las voces internacionales más duras contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, aseguró que seguirá siendo el secretario general de todos, no solo de quienes lo eligieron. "Lo he dicho parafraseando un discurso de hace más de 200 años, mi autoridad emana de vosotros, como sucede hoy", subrayó el líder de la OEA. Durante su breve conferencia de prensa apareció con guantes de látex de color azul para prevenir el coronavirus.
La votación, de carácter secreto, se produjo en la Asamblea General extraordinaria de la OEA que sesionó en la sede de Washington. Durante la misma se pudo ver a todos los embajadores con guantes, separados a casi dos metros y desinfectándose las manos con gel. Espinosa no pudo estar en la sala de la OEA porque la organización decidió limitar la asistencia por el virus, indicó a la agencia Efe una fuente cercana a la política ecuatoriana. Su candidatura había sido respaldada por Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas, dos de los países caribeños más cercanos a Maduro. En total recibió los votos de diez países, buena parte de ellos del Caricom. También fue elegida por México y Argentina, ambos con gobiernos progresistas. Sin embargo no logró el respaldo de su país, cuyo presidente Lenín Moreno, anunció el voto para Almagro.
Inmediatamente después de que se proclamara la victoria del político uruguayo, pidieron la palabra la embajadora de México, Luz Elena Baños, y la representante de Argentina, Graciela Curia. Ambas expresaron su preocupación por la polarización que Almagro promovió en el continente. "Lamentablemente, la organización ha estado paralizada por su polarización, lo que la ha alejado de un escenario normal de toma decisiones, restándole capacidad de interlocución y volviéndola menos relevante, convirtiéndola en una mera espectadora de lo que ocurre sin poder ofrecer soluciones efectivas", manifestó Curia.
En su primer mandato en la OEA, Almagro apoyó al autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, pero no logró cambios dentro del Palacio de Miraflores. Lo que sí consiguió fue que el opositor venezolano Gustavo Tarre ocupara el asiento de Venezuela en la OEA y pudiera participar como miembro de pleno derecho.
La maquinaria de Estados Unidos a favor de Almagro
Durante la campaña, el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, usó toda su influencia para presionar al resto de países e intentar captar votos para Almagro, al que percibe como un aliado frente a Nicaragua, Venezuela y Cuba. En enero, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dio un discurso en la OEA para hacer campaña por el secretario general. Luego se reunió en Jamaica con los cancilleres de seis países caribeños para pedirles que le respaldaran.
Además, la Casa Blanca instó públicamente al embajador de Perú en Estados Unidos, Hugo de Zela, a retirar su candidatura a la Secretaría General. El gobierno norteamericano consideró que estaba dividiendo al bloque hemisférico, ya que ambos competían por el respaldo de un grupo similar de países. De Zela, que había propuesto una vía institucional favorable al diálogo, anunció este lunes que abandonaba la campaña. De esa manera le permitió a Almagro aumentar su ventaja sobre Espinosa. El actual secretario general concluirá su primer mandato en mayo y, entonces, comenzará otro periodo de cinco años, hasta 2025.