El Gobierno se mostraba conforme en su evaluación del primer día de cuarentena obligatoria decretada a partir de las 0 hora, con distintos grados de acatamiento de acuerdo a la hora del día y los lugares del país que se tratara. La convicción en la noche del viernes era que se sentirá mucho más en los próximos cuatro días entre el fin de semana y los feriados. "Va a ser progresivo, la gente va a ir tomando conciencia", aseguraban. Como notaron cierta relajación en algunos rubros -como en el gastronómico- anoche salió un nuevo decreto especificando nuevas excepciones para algunas industrias estratégicas que no pueden cortar su línea de producción y aclarando que restaurantes y locales de comidas rápidas pueden hacer delivery pero no atender al público.
En el punteo, el parate en algunos rubros el parate había sido casi total mientras que en otros el balance era más ambiguo. Esperaban generar conciencia a partir de las imágenes de algunas personas que fueron detenidas por violar el aislamiento social obligatorio. Por ejemplo, contaban el caso de un hombre que había pasado haciendo running por la esquina del Ministerio de Justicia. La policía lo demoró. "Esto no es un estado de sitio. El Presidente no quiere llegar a ese punto. Pero hay gente que uno ve en el auto como si estuviera de paseo. Vamos a endurecer los controles y en los próximos días va a ser más notorio", explicaban en Gobierno.
El decreto firmado el viernes añadió rubros de actividades y servicios para los que detener la producción sería muy perjudicial, que se sumaron a los exceptuados de la cuarentena. Aclaró que otras industrias que se encuentren en la misma condición pueden acercar su solicitud para trabajar con una dotación mínima a la Secretaría de Industria:
* la producción y distribución de biocombustibles y de combustibles nucleares.
* una dotación mínima para el funcionamiento de la Fábrica Argentina de Aviones.
* actividades vinculadas a la protección ambiental minera.
* las curtiembres para recibir la producción de cuero proveniente de los frigoríficos.
* la Comisión Nacional de Valores podrá autorizar una dotación mínima en caso de resultar necesario.
* los hoteles afectados a la emergencia sanitaria.
* la dotación necesaria para la operación de aeropuertos. Lo mismo para los estacionamientos.
* Por último, se refiere a "los restaurantes, locales de comidas preparadas y locales de comidas rápidas", que podrán repartir comidas a domicilio pero de ninguna manera pueden abrir sus puertas al público, como habían detectado en algunos casos.
Alberto Fernández permaneció ayer en Olivos donde tuvo reuniones con el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. Luego se encontró con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, y los jefes de las Fuerzas Armadas para conversar sobre las tareas de prevención y control que deben realizar en distintas partes del país. Por eso se comunicó vía teleconferencia con quienes están a cargo de cada zona de emergencia. Se terminó de acordar que el fin de semana saldrán dos aviones Hércules rumbo a Perú a buscar a los argentinos que se encuentran varados allí.
Alberto habló con Kristalina
Pero el otro tema que ocupó buena parte del día del Presidente fue el económico. Junto al ministro de Economía, Martín Guzmán, conversó con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, con quien coincidieron en la imposibilidad del país de afrontar pagos en moneda extranjera en los próximos años. En el entorno del Presidente insistían en la convicción de que el desastre financiero que envuelve al mundo junto con el avance de la pandemia puede resultar beneficioso para la estrategia de reestructuración de la deuda. La idea que persiste es que a los bonistas les conviene agarrar lo que les ofrezca Guzmán, por escaso que sea, a la nada que podría sobrevenir con un default arrastrado en el tsunami financiero internacional.
De las cuestiones operativas de la cuarentena se ocuparon el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, Wado de Pedro, y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic. Ellos recorrieron en helicóptero los retenes que las fuerzas de seguridad nacionales y porteñas ubicaron en los accesos de la Ciudad. Cafiero y Wado se encontraron con Ginés González García en "la sala de situación" instalada para un seguimiento en tiempo real de la evolución de la pandemia. Al final del día, resultó que se habían detectado 30 nuevos casos para llegar a un total de 158 infectados. Por ahora, aseguraban, era un desarrollo normal de la enfermedad. Esperan un salto de casos para los próximos días, cuando se empiecen a hacer test en las provincias y la progresión avance.
"No se escucha ni una crítica al Gobierno, menos al Presidente", evaluaba un funcionario la puesta en marcha del operativo. Por un lado lo veía lógico, porque la propuesta que acercaron tanto los legisladores de la oposición como los gobernadores era ir todavía más allá, con la posibilidad de declarar un estado de excepción. Le adjudicaban ese consenso a la estrategia de Fernández de sentarse con todos antes de hacer los anuncios. Igual, se atajaban. "Esto recién empieza y nos van a juzgar por los resultados", advertían.