La sombra propagada alrededor del mundo por el coronavirus Covid-19 parece no dejar nada por fuera de ella, pero en medio de esa distopía en que parece haberse convertido la vida sobre la Tierra, lo que empiezan a brotar también son las expresiones artísticas que intentan sostener los lazos humanos. En ese sentido, los espacios abiertos por la música funcionaron en estos días como un posible prisma para observar las diversas configuraciones del arte en medio de la crisis.
“Nosotros llegamos del Vive Latino en México, que creo fue el último gran festival a nivel global. Mucha aglomeración de gente, todavía no teníamos la seriedad con la que se toma el tema hoy”, reflexiona Dani Suárez, voz de Bersuit Vergarabat. “Creo que es momento de respetar esta cuarentena y compartir canciones de sanación, aprendizaje, reflexión. Acompañarse ante toda la carga negativa que esto trae. Es pronto para analizar caminos alternativos a futuro, prefiero pensar en cómo pararse mejor para lo que viene, bajar los egos, valorar más lo que uno tiene, empezando por la vida. Y eso trasladarlo a la música, a las canciones”.
Durante las primeras horas del aislamiento, la música comenzó a esparcirse a través de las redes sociales. El viernes por la noche, Fito Páez presentaba vía streaming su disco "La conquista del espacio" y lo hacía a través de un satélite que le brindó el Canal Público de la Provincia de Santa Fe. La productora Gonna Go abría en su canal de Youtube el festival Antídoto –que finalizaba hoy por la noche–, con las presencias del Mono de Kapanga, Miss Bolivia, Ale Kurz de El Bordo y Palo Pandolfo, dentro de una grilla ordenada por las presentaciones solistas. Eran también dos muestras de la necesidad de poseer una estructura fuerte para compartir las propuestas musicales, algo con lo que cuentan una cantidad muy limitada de artistas. Una estructura que, al no producir ingresos a través de los canales digitales, tampoco puede sostenerse a lo largo del tiempo.
“Todos los sectores del arte, definitivamente, quedan en total indefensión ante esta situación. A mí también, como a todos mis compañeros y compañeras, se me cayeron todos los trabajos que tenía pautados. La música y el arte al mismo tiempo, qué paradoja, acompañan la vida cotidiana de infinitas maneras”, analiza la cantautora y exministra de Cultura Teresa Parodi. “Son muy importantes las medidas que se pueden tomar desde el Estado, con políticas de contención para los sectores más indefensos. De todo lo que nos pasa, creo que la única cosa que podemos decir que es una 'buena noticia', es que haya un proyecto político gobernando que tenga este concepto, esta idea del Estado. Tristán Bauer es un artista que conoce profundamente el sector. Él está recibiendo todos los proyectos e ideas creativas que, como no podía ser de otra manera, están teniendo los artistas”.
Como primer movimiento de subsistencia, las redes sociales fueron conquistadas por músicos y músicas que compartían sus canciones desde sus casas y también se abrían a charlas con sus seguidores. Entre ellos estuvieron, por ejemplo, Los Reyes del Falsete, quienes presentaron el video de “El Río”, un viaje indie y experimental dentro de un universo Jurásico. “Nos parece que en el arte son tan importantes los momentos de juntarse todos los días y producir como también el estar un tiempo separados”, decía poco después de la presentación Nica Corley, cantante y guitarrista de una banda icónica de la escena que en los últimos años funcionó además como ensamble de Litto Nebbia. “Hoy nos toca pensar cosas, vivir esta experiencia extrañísima y volver recargados”.
Más allá de esas propuestas orientadas a sostener los vínculos sociales a través del arte, aparecía la dificultad de que esas expresiones sobrevivan económicamente teniendo como soporte los canales digitales. “Los datos demuestran que el sector de la cultura se encuentra entre los más afectados. Por eso, junto a las medidas tomadas por el Gobierno Nacional para mitigar los efectos sociales y económicos adversos, hemos decidido elaborar y potenciar de forma urgente una serie de programas y líneas de financiamiento”, se remarcaba el fin de semana en un comunicado del Ministerio de Cultura Argentina, donde se detallaba la inversión de partidas millonarias para mantener en pie las actividades artísticas. En un escenario de aislamiento que paraliza todos los espectáculos, el único camino posible parecía llevarlas hacia el Estado. Así fueron circulando durante el fin de semana las cartas y peticiones dirigidas al Presidente de la Nación que visibilizaban, al mismo tiempo, una cadena sostenida por el trabajo informal.
“Actualmente, somos cientos de miles de trabajadorxs monotributistas que ejercemos nuestros oficios de manera independiente (freelance) o a través de contratos, quienes nos hemos quedado de un minuto al otro sin nuestra fuente de trabajo”, decía una carta firmada por más de cien mil monotribustas, donde se encuentran la mayor cantidad de trabajadores vinculados con el arte y la cultura. "Músicos y músicas, sonidistas, iluminadores/as, asistentes de escenario o de producción, managers y fleteros entran en una nube de suspensiones y promesas de reprogramaciones. No saben cuándo volverán a trabajar, cuándo recuperarán el ingreso”, completaba un comunicado del Sindicato Argentino de Músicos (Sadem). “Pedimos a los medios de comunicación públicos y privados que pasen música argentina en apoyo a l@s compositr@s e intérpretes en este momento de crisis”, repetía un flyer que se viralizó a través de las redes sociales.
“Por una especie de 'suerte del sur' vimos cómo se venía y gracias a un Estado responsable y un gobierno que piensa, se frenaron varias cosas antes de que sea peor”, señala la rapera Sara Hebe, que viene de lanzar su disco Politicalpari. “No tengo paranoia en absoluto, pero la entiendo. Odio no poder salir, ¿quién no? Pero es lo que hay que hacer. Los presos se deben estar riendo de nosotros”. En una línea más introspectiva se suma Sebastián Andersen, cantante de El Plan de la Mariposa. “Vamos a bancar estos próximos días tranquilos, guardados, expectantes. Con paciencia y aprovechando el tiempo para escribir, hacer arte, conectar con lo que propone el momento".
Las primeras respuestas que aparecen frente al aislamiento, desde los distintos espacios en donde se mueve la música, están determinadas por la perseverancia para mantenerse activos y también por el temor ante el desconocimiento de las formas que pueda adoptar en este escenario. “Hay que pensar a qué apela un pueblo cuando tiene una situación crítica: a expresarse a través del arte”, afirma Teresa Parodi. “Por eso es tan importante el rol de los artistas, que permiten a una sociedad expresarse. Al mismo tiempo estamos al servicio, proponiendo una forma de participar de este momento crítico con nuestro trabajo. Acompañamos desde otra forma del amor, siempre, a nuestro pueblo”.