De las grandes ciudades de la Argentina, Mar del Plata es la que tiene mayor componente de adultos mayores. En parte por migracion interna después de la jubilación. O sea que, al menos en lo que dicen los especialistas sobre población de riesgo en materia de coronavirus, la ciudad y el Partido de General Pueyrredón componen una zona delicada de la Argentina. Ex juez, ex ministro de Seguridad, ex embajador en Montevideo, Guillermo Montenegro gobierna desde que ganó las elecciones de 2019 para Juntos por el Cambio.

--¿Cómo se prepara Mar del Plata para un posible pico de infectados?

--En Mar del Plata la mayoría del sistema sanitario es nacional y provincial. Por suerte para coordinar con ellos tengo en mi equipo a una gran secretaria de Salud, Viviana Bernabei, una médica muy prestigiosa que dirigía el Hospital Materno Infantil. Me concentro en los barrios, donde históricamente faltó que llegasen la Nación y la Provincia. Tanto en escuelas como en salitas.

--¿Cómo fue la respuesta masiva?

--Excelente. Con un día de 29 grados en la playa no había nadie. Y hay que tener en cuenta que tradicionalmente en marzo la playa es para el marplatense. En algunas plazas hay gente. De la provincia el ministro de Seguridad Sergio Berni y la ministra de Desarrollo de la Comunidad Fernanda Raverta me preguntan todo el tiempo qué necesito. Les contesto que si necesito algo les voy a decir pero que si puedo no los voy a sobrecargar. No tiene sentido que Sergio distraiga fuerzas para que vayan a las plazas y les digan a la poca gente que hay que se vuelva a su casa. Les pedí a los guardavidas que salieran con megáfonos a decirlo.

--¿Y los turistas? ¿Pasó lo de la entrada a Pinamar, con filas de autos?

--No, ni ahí. Fui yo mismo hasta la ruta y los mandé de vuelta. Ni lo hicieron las fuerzas. Empecemos con buen tono. Les dije: “Muchachos, ¿les parece que es tiempo de vacaciones?”. Y se fueron. Fui el primero en el país que decretó la emergencia administrativa y sanitaria y el concejo deliberante me las aprobó. Tengo 85 establecimientos educativos municipales y la mayor cantidad de integrantes de la tercera edad está en Mar del Plata. Acá mitigar es muy importante. Por eso fuimos coordinando las medidas. No podía ser que un día clausurases un salón de casamiento y dos días después fueran 500 chicos a la escuela. No podía ser que le encargado de evaluar el riesgo de un chico con parientes que habían llegado de viaje fuese un docente. El mismo sábado, 14, resolví que no hubiera clases. El domingo lo anunció el Presidente. El mismo lunes 16, empezamos con Matías Lammens a desalentar el turismo para el fin de semana largo. La CGT y los empresarios reaccionaron bien. Inclusive pusieron a disposición hoteles sindicales y Chapadmalal para trabajar en la cuarentena. En salud estamos aumentando lugares por si hace falta. Vamos a agregar camas de terapia y a poner en condiciones perfectas el Houssay, el hospital del PAMI. El nivel de compromiso de la sociedad es alto. Y no hay aprovechamiento político sino al contrario.

--¿Ni con Raverta hay problemas?

--Le gané por dos puntos en octubre pero siempre nos llevamos personalmente bien. Y ahora, frente al coronavirus, excelente. Todos sabemos que va a ser una parada complicada.