Pese al acercamiento que tuvo el gobernador Omar Perotti con el presidente de la Cámara de Diputados Miguel Lifschitz, el acuerdo para sancionar una Ley de Necesidad Pública está muy lejos. Entre hoy y mañana se intensificarán los contactos entre peronistas y progresistas, pero la distancia entre ambos es gruesa. El oficialismo confiaba que, en este marco de pandemia por coronavirus, el Frente Progresista no demore en el aval a la emergencia provincial, pero socialistas y radicales insisten y no quieren concederle “superpoderes” al rafaelino. “Hicimos todos los esfuerzos, el gobernador hizo un esfuerzo enorme, pero evidentemente eso no sensibiliza en algunos sectores de la política”, lamentó el jefe de la bancada justicialista Leandro Busatto.

El contacto telefónico que el mandatario y su antecesor mantuvieron seis días atrás presagió, para el arco político santafesino, el gesto que se precisaba para terminar la disputa entre oficialismo y oposición. Perotti le pidió a Lifschitz celeridad en virtud de la coyuntura de “guerra”, tal el término que utiliza el jefe de la Casa Gris para definir la situación actual. Pero en rigor, el acuerdo está muy lejos y la sesión de pasado mañana, a la que convocó el titular de Diputados, no está en pie. “No sé si va a haber sesión, el planteo del Frente Progresista es complicado”, resumió Busatto. El legislador kirchnerista consideró que el progresista pretende plantar un escenario de “cogobierno” que el PJ no está dispuesto a “tolerar”. “Dinamitan la convivencia democrática”, bramó.

Lifschitz entiende que hay un canal abierto de conversación entre Legislativo y Ejecutivo, pero habla de construir “acuerdos razonables” que permitan avanzar en un proyecto que pueda tener amplia mayoría. Dice que quiere darle “herramientas al gobierno”, pero no a cualquier costo. Perotti, después de la llamada, esperaba que Lifschitz apurara el paso y convocara a sesionar la semana pasada. Pero el socialista puso la pelota bajo la suela, aún ante el riesgo de pagar un alto costo político por la demanda que sugiere la pandemia, y se tomó unos días. En la tarde del sábado, minutos después de que Perotti en conferencia lanzara su ruidoso “estamos en guerra”, Lifschitz mandó un texto por redes sociales en el que habló de la “importancia de la calidad institucional” y recalcó que “no es el momento de líderes mesiánicos”. A buen entendedor, pocas palabras.

Los radicales están en la misma sintonía que sus socios socialistas. “Se está avanzando muy poco”, leyó Pullaro. La diferencia entre los bloques está en lo “conceptual”, según el diputado. Perotti quiere, para la bancada de la UCR, manejar fondos del Estado de manera discrecional. Desde esa mirada, no hubo avances desde diciembre a esta hora. Son los mismos argumentos que cerraron el 2019. Los rojiblancos no tienen problemas en aumentar la cantidad de fondos para endeudamiento que solicitó Perotti, acercarse a los 39 mil millones de pesos que pidió el gobernador. Pero para ello quieren asegurarse que un tercio se destine a municipios y comunas.

“Tienen que postergar su visión opositora”, ponderó Busatto, quien rescató que Perotti ha tenido para con la oposición “todos los gestos habidos por haber”. Para el diputado, el contacto que mantuvo el gobernador con su antecesor sirvió, pero “se ve que a Lifschitz no le sirve, no están comprendiendo lo que vive la provincia”. En ese sentido, el legislador se animó a proyectar que no será la primera vez en el año que el Ejecutivo le solicite a la Legislatura fondos para endeudamiento. Por ese motivo, señaló: “Si quieren discutir el 2021 este no es el momento”.

 

En el caso de que haya sesión, se considerarán justificadas las inasistencias de legisladoras y legisladores que integren grupos de riesgo. Asimismo, a los efectos de cumplir con todas las exigencias planteadas por las autoridades nacionales y provinciales, se tomarán todos los recaudos necesarios para disminuir al mínimo posible el riesgo sanitario relacionado con el contagio del coronavirus.