Nueve de cada diez personas entienden que la cuarentena es necesaria, aunque sólo tres de cada diez ciudadanos creen que hay muchas chances de que ellos mismos se contagien. Una mayoría piensa que la cuarentena se va a extender por un mes o más, que la situación se va a agravar, aunque no al nivel de España e Italia y que el sistema de salud no está preparado para afrontar lo que se viene. La aprobación al gobierno y a Alberto Fernández se convirtió en casi unánime: los que opinan que actúa mal son sólo el diez por ciento de los ciudadanos.
Las conclusiones surgen de dos encuestas realizadas por la consultora Poliarquía, que lidera Alejandro Catterberg, y Aresco, al mando de Federico Aurelio. El estudio de Poliarquía es nacional y abarcó a 2.180 entrevistados de todo el país. Por su parte, Aresco recogió la opinión de 2108 ciudadanos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. En ambos trabajos se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las entrevistas fueron telefónicas. En cierto sentido, los tiempos son óptimos para las encuestas porque la gran mayoría de las personas están en sus casas.
"En estos días aumentó la preocupación por el virus --sostiene Catterberg--. A principios de mes, cuando hicimos nuestro estudio anterior, sólo el 28 por ciento estaba muy preocupado, ahora ese porcentaje subió al 64 por ciento". Esto se corrobora con otros dos datos de la misma encuesta de Poliarquía: el 82 por ciento tiene mucho o bastante miedo y el 32 por ciento considera que tiene altas o muy altas chances de contraer el virus.
En esto último hay casi una coincidencia total con el trabajo de Aresco sobre el Area Metropolitana Buenos Aires, o sea CABA y el Gran Buenos Aires. Según el estudio de Federico Aurelio, el 33 por ciento cree es probable o muy probable que contraiga el virus. Eso explica que la medida adoptada por el gobierno, la cuarentena, tenga un respaldo del 93,9 por ciento, o sea virtualmente unánime.
Aprobación a la actuación del gobierno
En la evaluación del gobierno hay algunas discrepancias en el marco de una mayoría absoluta que considera que actúa bien o muy bien. En la de Aresco, la aprobación es del 90,4 por ciento y los que se sitúan en la franja crítica suman sólo el nueve por ciento. En la de Poliarquía, el 64 por ciento opina bien de la gestión de Alberto Fernández, el 20 por ciento la califica con un regular y sólo el 13 por ciento es crítico y ve negativo el accionar del Ejecutivo. Son dos metodologías distintas ya que Poliarquía admite el regular mientras que Aresco pedía una definición por aprobado o desaprobado.
El futuro del coronavirus y su impacto
Respecto del futuro de la pandemia en la Argentina, en general la impresión es que las cosas van a empeorar, pero no como ocurrió en España o Italia.
*El 49 por ciento opina que el virus seguirá avanzando, mientras que el 48 por ciento dice que los casos van a ir disminuyendo (Poliarquía).
*53 por ciento cree que la situación se va a agravar, pero no como en España e Italia; 21 por ciento dice que la situación se va a mantener como ahora y 15,5 por ciento piensa que llegaremos a un cuadro parecido al de España e Italia (Aresco).
Yendo al plano individual, éstas son algunas de las conclusiones.
*El 81 por ciento dice que el virus impacta en su economía. (Aresco)
*El 34 por ciento dice que está trabajando desde su casa (Aresco).
*El 71 por ciento dice que el virus le está afectando su situación económica personal (Poliarquía).
Qué va a pasar con la cuarentena
Finalmente, hay una mayoría (57 por ciento) que piensa que la cuarentena se extenderá un mes o más de un mes y está instalada la idea de que el sistema sanitario argentino no está en condiciones de responder a lo que se viene. Es un pronóstico que recién tendrá verificación en un par de meses: hoy por hoy, con algo más de 200 casos, la situación es manejable, pero una mayoría piensa que el sistema estatal tiene pocos insumos y arrastra desde hace tiempo gran debilidad presupuestaria.
Sin dudas, el dato más significativo es que casi la totalidad de los ciudadanos piensan que el aislamiento social preventivo es necesario. Al menos en las encuestas es la base para que la cuarentena se respete. Pero al mismo tiempo está latente la idea de que "a mi no me va a tocar". Esto último puede relajar el cumplimiento estricto que la situación requiere.