"Las cooperativas de trabajo, empresas recuperadas en general salvo las que producen alimentos que están contempladas en el decreto como servicios esenciales, estamos cerradas con el tremendo impacto económico que esto implica", dijo a PáginaI12 Federico Tonarelli, presidente de la Federación Argentina de Cooperativas Autogestionadas (Facta) y vicepresidente del recuperado Hotel Bauen. "Habíamos reclamado ser incluidos en las medidas que anunció el gobierno a través de los ministros (Matías) Kulfas y (Martín) Guzmán, al día siguiente el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social sacó una resolución diciendo que las cooperativas y mutuales estábamos incluidas, pero quedamos afuera", agregó el dirigente. El tradicional Bauen, escenario de no pocas reuniones cumbre del campo popular, cumplió el viernes 17 años manejado por sus empleados.
En diálogo con este diario, Tonarelli exigió "que no se corten los servicios al no poder ser pagados por las cooperativas, las facturas se nos venían acumulando con los tarifazos del macrismo pero ahora reciben un golpe de gracia al no poder ser abonados ni siquiera los planes de pagos pautados; y en lugar de créditos a tasas bajas necesitamos subsidios ante la ausencia de ingresos hasta que pase la cuarentena y podamos volver a levantar las persianas". Así como el gobierno anunció que extenderá los Repro (Programa de Recuperación Productiva) a empresas que no puedan pagar salarios, las recuperadas reclaman que la Línea Uno --asistencia de Trabajo Autogestionado del ministerio de Trabajo-- sea extendida a las cooperativas, porque sería su equivalente.
Respecto de la cuestión impositiva, al igual que fue anunciada una baja y postergación del pago de los aportes patronales las autogestivas como mínimo piden no pagar el monotributo. "Es para evitar un golpe letal, estamos de acuerdo con la cuarentena, pero vamos hacia la desaparición si no toman alguna de estas medidas, es un buen momento para pensar en la renta básica universal para todos el mundo superadora de la AUH (Asignación Universal por Hijo) porque se viene un corte de la cadena de pagos y un quiebre y cierre generalizado para quienes trabajamos en el mercado interno", explicó el dirigente.
En plena crisis por el Coronavirus, la empresa Edenor amenazó a la imprenta recuperada Madygraf (ex Donnelley) con proceder a cortar el suministro de energía. "Edenor nos ha aumentado desde 2016 un 1000 por ciento la tarifa de luz. Con mucho esfuerzo venimos afrontando un pago mensual de 400.000 pesos a costa de ver reducido considerablemente nuestros salarios, por ende la comida de nuestros hogares", dijeron los gráficos en un comunicado.
"Mientras a Edenor y otras distribuidoras de energía, el gobierno de Macri le condonó deudas de más de 45 mil millones de pesos, a las fábricas recuperadas como MadyGraf, que hace más de cinco años sostenemos nuestro trabajo pese a todas las dificultades, nos exigen un pago de 1.000.000 de pesos, lo que nos obliga a tener que elegir entre pagar la luz o comer. Nuestra planta podría estar produciendo hoy folletos para que toda la población pueda recibir un instructivo con información fidedigna del Estado sobre los cuidados necesarios para enfrentar esta situación", completaron. A modo de ejemplo, mencionaron la ley que en Bolivia condonó el 50 por ciento del pago de agua, luz, gas y telecomunicaciones mientras dure la emergencia por el Coronavirus.
Nacidas al calor de la crisis del 2001, las empresas manejadas por sus trabajadores son unas 400 en todo el país, y dan trabajo a alrededor de 15 mil familias. Durante el anterior gobierno fueron muy golpeadas por los tarifazos, y a pesar de todos estos años de resistencia ahora sienten que llegan tiempos oscuros, que están ante una situación límite. Además de ser una salida laboral concreta se han caracterizado por tener una actividad de solidaridad social.
Así como el Bauen alojó a todo aquel que necesitaba hospedarse en la CABA, Madygraf (ex Donnelley) imprimió miles de cuadernos que fueron donados a estudiantes y maestros. Su planteo es que podrían ser proveedores privilegiados del Estado y producir a menores costos que sus competidoras en cada rubro. En el actual contexto de pandemia, en hotel de Corrientes y Callao podría también aportar sus camas en caso de faltar, así como las cooperativas textiles podrían fabricar barbijos. "Es una decisión política incluirnos para que aportemos menor costo, buenos materiales por fuera del mercado especulativo", dicen quienes tomaron los medios de producción cuando los patrones habían cerrado la persiana.