Es sabido que al PRO le gusta usar la palabra "equipo". Pero hasta hace poco era impensado que la usara para referirse a la relación con un presidente peronista. Horacio Rodríguez Larreta lo hizo: "Somos un solo equipo", dijo sobre su relación con Alberto Fernández. El Presidente también aseguró que está trabajando bien con el jefe de Gobierno. Los dos dirigentes políticos, que hasta hace poco estaban a punto de chocar por la coparticipación porteña, hoy se muestra trabajando codo a codo en la situación de emergencia. Desde ambos gobiernos destacan la buena sintonía que mostraron hasta ahora y algunos se preguntan si perdurará por fuera de la crisis del coronavirus.
Larreta venía cultivando un estudiado perfil de gestión y eludiendo cualquier oportunidad para confrontar con el Gobierno nacional. Pese a que las negociaciones por el recorte de la coparticipación porteña venían de mal en peor (no había consenso en cuánto iban a podarle a la Ciudad), el jefe de Gobierno esquivó la pelea -y hasta desincentivó a propios que intentaron salir a iniciarla- y buscó seguir negociando. Incluso, lo hizo contra la intención del sector de Patricia Bullrich y Mauricio Macri de elevar la discusión a una batalla campal.
Cuando ya estaba decidido en el Gobierno nacional que se iba a recortar la coparticipación por decreto y desde la Ciudad no descartaban judicializar la discusión, llegó la crisis del coronavirus. Y todo se trastocó. En la última semana, Fernández y Larreta se reunieron más de tres veces en un día. Se mostraron juntos durante el fin de semana, compartieron conferencias de prensa y mostraron una articulación fina, pese a que vienen de tradiciones políticas muy diferentes. Está claro que la gravedad de la crisis los empuja, pero hay cierta voluntad de exponer esas coincidencias, frente a otros sectores más polarizadores que existen en cada espacio.
Durante la convocatoria a asistir a adultos mayores fue que Larreta dijo lo que hace un tiempo hubiera sido impensado: "Somos un solo equipo". Lo había dicho cuando creían los rumores de internas con Macri en sus épocas de Presidente, pero eso era natural. Eran del mismo espacio político. Lo imposible, si lo pensamos hace un tiempo, era que lo expresara con respecto a Alberto Fernández. "Estamos trabajando muy bien en equipo con el Gobierno nacional y con la Provincia. En realidad somos un solo equipo. Vamos a seguir con los operativos conjuntos", indicó sobre su relación con el Presidente. El mandatario le devolvió las gentilezas en una entrevista televisiva: dijo que estaban coordinando muy bien las acciones.
A no confundirse: se trata de dos dirigentes políticos que es posible que se enfrenten en 2023. Pero ahora no es tiempo de pensar en eso. "La verdad es que nadie está especulando para adelante", indican en el Gobierno nacional. "Se está laburando muy bien con el Gobierno porteño. En todo sentido", indican. Incluso, conformaron una mesa de coordinación entre la Nación, la provincia y la Ciudad: la integran el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro; el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel; y el jefe de Gabinete de Axel Kicillof, Carlos Bianco. Como prueba de su funcionamiento Larreta, Kicillof y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic se mostraron juntos al frente de los operativos de aislamiento obligatorio del Puente Pueyrredón.
"La relación es cada vez más fluida y hay mucho trabajo en conjunto", coinciden en el Gobierno porteño, donde destacan que Larreta siempre fue de la línea dialoguista junto con María Eugenia Vidal, frente a sectores más duros de Juntos por el Cambio que ahora se muestran muy callados, como si se hubieran quedado sin libreto.
¿Esto podría continuar más allá de la crisis del coronavirus? ¿Será, finalmente, distinta la relación entre Fernández y Larreta con respecto a la conflictiva experiencia de Cristina Fernández de Kirchner y Macri como jefe de Gobierno? En la Ciudad, no lo descartan dado que es imprevisible cuánto cambiará esta crisis el universo de lo conocido a nivel global: "Esto es un antes y un después en la vida misma de todo el continente y los que lo habitamos. Va a ser un quiebre que va a cambiar y modificar costumbres y hábitos de las personas, más allá de la dirigencia y la política", especulaban en la sede de Parque Patricios.
E indican que la crisis durará meses y meses de trabajo en conjunto, por lo cual lo excepcional se puede volver rutinario. "Pensar que hace apenas dos semanas se estaba discutiendo el recorte de coparticipación entre Nación y Ciudad. Es increíble", reflexionaba un funcionario. En distintos despachos del Gobierno porteño, insistieron en la buena comunicación que hay entre Larreta y Fernández. Y citaron un ejemplo: el sábado Larreta estaba en su auto conversando con Wado De Pedro. Le pidió una audiencia con el presidente. Y De Pedro le dijo que lo fuera a ver de inmediato. Larreta estaba en remera. Al llegar a Olivos, le pidió disculpas al presidente por aparecer así vestido. "Es que me dijeron tan rápido que sí que no tuve ni tiempo de cambiarme", le dijo.
El perfil bajo para temas nacionales de Larreta es otra cuestión que llegó a su fin: dio una conferencia de prensa por día y se muestra el frente de la situación en cuanta oportunidad hay. En ese sentido, sigue la misma lógica comunicacional que ante otras crisis que vivió la Ciudad, aunque ninguna fue como ésta. Y ninguna lo acercó tanto al oficialismo nacional. Habrá que ver qué implica a futuro y si la buena sintonía se mantiene el día que la crisis deje de exigir la unidad de todos los sectores.