Nadia Podoroska no recuerda cuándo fue la última vez que pasó 15 días sin jugar al tenis. Imagina que debe haber sido cuando era muy chiquita, porque la memoria no le ofrece imágenes mientras hurga en sus recuerdos. De hecho, se acuerda que en sus últimas lesiones, aún con limitaciones y cuidados, se las arregló para seguir en movimiento adentro de una cancha: en sus últimas afecciones en las muñecas, se las rebuscó para sostener la raqueta con la mano sana, y, aún cuando las complicaciones la afectaban en el tren inferior, la vía que encontró fue jugar sentada.
A la tenista rosarina, al igual que a muchos y muchas deportistas de nuestro país, la pandemia del Coronavirus, la suspensión de competencias y la cuarentena preventiva y obligatoria que se tomó en nuestro país, además de afectarlos como a cualquiera, les supone un cambio brusco en sus hábitos deportivos. Y eso, claro, sumado a la dura posición del Comité Olímpico Internacional (COI), que aún en un contexto mundial de crisis sanitaria y económica se niega a garantizar una pausa en el proyecto olímpico y recién este domingo comunicó la posibilidad de una postergación como un escenario posible para Tokio 2020.
Los atletas de Argentina cumplen el aislamiento en sus hogares, como el resto de la sociedad que atiende solidariamente las medidas resueltas por el Gobierno nacional, y en ese panorama continúan su "preparación" rumbo a los Juegos Olímpicos, sin la infrestructura adecuada, sin la mirada de sus entrenadores y, especialmente, con la mente partida entre sus objetivos y el avance del Covid-19. "Yo tengo mi gimnasio en casa, en cuanto a la cuestión física no tengo problema, pero el taekwondo necesita de un sparring para entrenar y trabajar los bloqueos. Obviamente no puedo practicar con mis hermanos", se ríe Lucas Guzmán, el taekwondista argentino que hace tan sólo unas semanas se convirtió en el deportista nacional número 142 en clasificarse a los Juegos.
Para dimensionar el recurso humano esencial de su preparación, señala que para lograr esa clasificación, en el pasado Preolímpico de Costa Rica, precisó entrenarse con un sparring serbio, porque en nuestro país no contaba con un par de su nivel, en su categoría y con el estilo que precisaba para exigirse como era necesario. "Imaginate lo que este contexto nos limita en ese sentido", explica.
Desde su casa de Merlo y con una voz que tranquiliza, el deportista le cuenta a Página/12 que toma el aislamiento como un buen momento para reflexionar sobre lo importante de la vida. "Primero, tenemos que ser prudentes, cuidadosos y responsables para hacer todo lo que el Gobierno nos está demandando. Pero, además, esta cuarentena nos sirve para darnos cuenta de que tratamos de llenar nuestra vida con actividades para no darnos cuenta de lo vacíos que estamos. La población no puede vivir sin redes sociales, yo hice un ayuno de redes sociales, justamente para opornerme a eso: hay cuestiones que se tratan desde lo íntimo. Es importante estar solo e identificar que nos está pasando como sociedad", dice.
"Es inevitable que uno esté angustiado con todo lo que está pasando y afecte la concentración. También hay ansiedad por no saber bien qué es lo que va a suceder. Personalmente, trato de tranquilizarme y pensar en los objetivos que están en mis manos en medio de todo este caos", le cuenta a este diario la gimnasta Martina Dominici, que sólo tiene 17 años y que en octubre pasado aseguró su pasaje a Tokio tras su actuación en el Mundial de Stuttgart, Alemania.
Mientras las palabras de los y las atletas hacen difícil imaginarlxs pensando con tranquilidad en "el sueño olímpico" del que viene hablando el COI, la carrera a Tokio no se detiene ni se pospone. Lo cierto es que, a los obstáculos de su preparación, hay que sumarles la preocupación que, hoy, cualquier argentinx tiene en medio de la pandemia. En la cabeza de Podoroska, por ejemplo, conviven la incertidumbre sobre qué será de sus puntos en el ránking y de los torneos que ya no se podrán defender (ATP y WTA, las asociaciones de tenis mundial, suspendieron sus certámenes hasta junio) con la confianza en los cuidados que su papá Marcelo y su mamá Irene están teniendo para atender la farmacia que sigue funcionando y constituye su fuente de ingresos. "Me preocupa que estén expuestos en su trabajo diario pero confío en las medidas que toman para cuidarse, como usar guantes de latex o que la gente haga cola afuera. Además, siento que tengo que agradecer que pueden seguir trabajando: a muchos la cuarentena no les permite trabajar ni tener un ingreso y es algo que afecta mucho al que vive día día", cuenta la argentina, 175 del mundo.
Guzmán, Podoroska y Dominici piensan que lo recomendable sería que el COI (que anunció este domingo que en cuatro semanas tendrá lista su evaluación al respecto) postergue los JJOO. "En este contexto que estamos viviendo es difícil pensar en unos Juegos como la fiesta que son. Al menos en este lado del mundo, donde recién está llegando la pandemia, se nos hace casi impensable", resume la tenista, quien está diariamente en contacto con jugadoras de su circuito, intercambiando mensajes de responsabilidad y solidaridad.
Al igual que sus colegas deportistas, la tenista también deja en claro la necesidad urgente de tomar esta pandemia para repensar nuestra sociedad. "Esta situación pone en jaque nuestras formas de vida cotidiana: pone a prueba el egoísmo y el individualismo con el que vivimos hoy -reflexiona Podoroska-. Las mayores dirigencias del mundo pidiendo a su población que se queden en casa por el bien comun y debiendo poner la obligatoriedad para que se cumpla es algo que demuestra un poco cómo somos. Es mucho lo que tenemos que aprender, creo que esto ayuda a pensarnos desde otro lado y, sacando la crisis mundial preocupante y las muertes que hay que lamentar, creo que es algo bueno. No sé si lograremos ser mejores, pero al menos esto nos está haciendo pensar y eso ya es un paso bastante grande para cambiar como sociedad".