La verborragia de Donald Trump en Twitter otra vez le jugó una mala pasada y lo puso contra las cuerdas. Después de acusar al ex presidente Barack Obama de grabar sus comunicaciones antes de las elecciones de noviembre, los líderes del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, e incluso los legisladores republicanos, le piden que presente a más tardar hoy las pruebas para sostener sus declaraciones.
El presidente del comité, el republicano Devin Nunes, y el demócrata de más alto rango de la misma comisión, Adam Schiff, exigieron que el actual mandatario presente la evidencia sobre la supuesta intervención a los teléfonos de la Torre Trump en nueva York o que se retracte y pida disculpas ante la prensa.
El panorama no es alentador para el magnate, mientras sus asesores lejos de aclarar la situación, la están empantanando cada vez más. Kellyanne Conway, una de sus consejeras, dio a entender el fin de semana que había sido espiado a través de televisores y microondas, en una supuesta referencia a las técnicas de la CIA reveladas por Wikileaks la semana pasada. Sin embargo, hoy negó tener pruebas de la supuesta vigilancia en contra del republicano. “No soy Inspector Gadget. No creo que la gente esté usando un microondas para espiar”, expresó. Sarah Huckabee Sanders, otra asesora de la Casa Blanca, contó que Trump tuvo acceso a “documentos clasificados” que sustentan las denuncias contra Obama.
Mientras tanto, el director del FBI, James Comey, exigió que el Departamento de Justicia publique un comunicado indicando que las acusaciones son falsas. Comey destacó que los comités de la Cámara baja y el Senado, que están analizando los presuntos contactos entre Trump y Rusia, explorarán también la acusación de espionaje lanzada por el Presidente.
“El presidente Trump tiene que proporcionarle al pueblo estadounidense, no sólo a la comunidad de inteligencia, sino al pueblo estadounidense, pruebas de que en su predecesor el ex presidente de los Estados Unidos fue culpable de violar la ley”, dijo en el mismo sentido el influyente senador republicano, John McCain, en consonancia con otros republicanos molñestos por la incriminación del magnate contra Obama.