Desde hace tiempo se viene anunciando una catástrofe mundial en forma de epidemia. Pero si algo caracteriza la marcha actual del Capitalismo es que hace ya mucho que lo que se anuncia, lo que se sabe que va a ocurrir, ya no cuenta de un modo operativo. Ninguna advertencia por veraz y horrible que sea cambia la marcha ilimitada, acéfala , del Capitalismo. Como si se revelara definitivamente que el Capitalismo y su técnica están impulsados por una fuerza, una presión estructural que ya no responde a ninguna necesidad humana. En este aspecto se podría confirmar que el capitalismo es la consumación de la metafísica. Se trata de una abstracción pura, espectral y fantasmagórica que se expande por doquier como el más perfecto de todos los virus. Desde una perspectiva semejante no es de extrañar que China, a pesar de también estar atravesada por el Capitalismo, sea el único mundo que aún mantiene un principio civilizatorio de orden para ofrecer al mundo . La palabra "ofrecer " puede ser en este caso un eufemismo. Lo cierto es que China genero el virus y a la vez lo ha comenzado a contener. Existen dos razones que al menos deben considerarse al respecto: en primer lugar en China, basta ver sus congresos del Partido Comunista , mantienen la peregrina idea de que el Capitalismo es un instrumento de China y no al revés. Esto desafía en su ingenuidad la lógica de todo el marxismo occidental, pero a China le ha permitido que el Capitalismo no destruya todo su rico y complejo legado simbólico. La segunda razón es que el nudo que en occidente mantenía su hegemonía cultural estaba hecho de tres términos que ya funcionan sin ninguna articulación. A saber: la economía de mercado ,el liberalismo político y la vida democrática civil .Estos tres términos ya han sido desanudados por el Neoliberalismo cuyo único interés es la acumulación del Capital por encima de cualquier orden político. Es evidente que la fuerza simbólica de los Estados occidentales está en declive y la pandemia actual lo ha revelado en toda su realidad. Estas son las razones por las que Occidente no sabe qué hacer por ahora con la pandemia y especialmente Europa no ha tenido más remedio qué, no solo mirar cómo lo hace China, sino dejarse supervisar por sus expertos. Cualquier cosa que sea un freno a la pandemia se espera de China.
En este aspecto, el Coronavirus es el primer eclipse serio del dominio norteamericano, que ya no parece disponer de ninguna idea de Civilización. Queda por ver cómo los países emergentes, los únicos aún capaces de una invención política distinta, son capaces de reinventar un justicialismo del siglo XXI , socialista en la distribución del ingreso, soberano con respecto a las experiencias de lo Común: el medio ambiente, la salud pública y la educación y que sepa radicalizar la democracia esquivando las derivas neofascistas que ahora más que nunca disputan el sentido de la experiencia de la Patria y el Otro que la sostiene .
Jorge Alemán es psicoanalista y escritor.