El reconocimiento por parte de Ricardo Bussi de que padece coronavirus es, en rigor, el menor de sus problemas pero tal vez el peor para los tucumanos que tuvieron contacto con él. Por ahora, la irresponsabilidad del legislador de haber llevado una vida normal a pesar de su infección, le significó dos denuncias penales en su contra. Pero sobre todo, lo más terrible es que el hijo del genocida Antonio Bussi puede convertirse en el principal foco de contagio social del Covid-19 en la provincia de Tucumán con las consecuencias que esa condición conlleva. Emilio Mrad, uno de los abogados que lo denunció, aseguró a Página/12 que "es gravísimo lo que hizo Bussi porque pone en riesgo la salud de la provincia y hasta las instituciones al obligar al vicegobernador y a la Legislatura a entrar en cuarentena".
En tiempos de pandemia, el abogado Mrad presentó la denuncia vía Whatsapp que recibió el fiscal de instrucción Carlos Picón. El denunciante acusa a Bussi de haber violado el artículo 202 del Código Penal que prevé una pena de 3 a 15 años de prisión al que "propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa". Mrad es contundente al respecto: "Cuando participó de la sesión de la Legislatura (el martes 17 de marzo) ya tenía síntomas. El lo sabía y por eso digo que pone en riesgo la salud pública, porque estuvo con mucha gente, y también a las instituciones porque la segunda autoridad de la provincia (el vicegobernador Osvaldo Jaldo) y todo el Poder Legislativo están ahora en cuarentena".
Mrad considera que hay dolo en la conducta de Bussi. En su denuncia sostiene que el legislador desarrolló sus actividades "con verdadera intención solo y en forma consciente y deliberada y conociendo q podía tener la enfermedad que tiene en pánico a la sociedad". En ese sentido es bueno revisar cómo se movió Bussi en los días previos y posteriores a ese 17 de marzo.
El domingo por la noche Bussi reconoció que estaba infectado de coronavirus. Sin embargo, en la provincia ya circulaba la versión de su enfermedad. El portal Contexto había dado cuenta de ello el miércoles 18 de marzo. Es mismo día Bussi lo negó y hasta habló de fake news. Sin embargo, el hijo del genocida se desmintió a sí mismo al tratar de desbaratar esas supuestas versiones falsas. En un hilo de tuit dijo que el martes 17 se había sentido mal fruto de una gastroenteritis. Luego dijo que tuvo fiebre y que llamó a su médico, quien durante la visita a su domicilio llamó al 0800 que dispuso la provincia ante la sospecha de la presencia de coronavirus. Fue "a modo preventivo", dijo Bussi. Luego escribió: "Demás está aclarar que no he viajado al exterior, que he permanecido en la provincia".
Suele decirse que las mentiras tienen patas cortas y el caso del legislador del partido Fuerza Republicana no es la excepción porque ahora, cinco días después, escribió en Twitter que volvió de Brasil el pasado 20 de febrero; que el lunes 16 tuvo una intensa diarrea; que el martes por la mañana consultó al médico y luego fue a la sesión de la Legislatura que finalizó al mediodía. "A la tardecita tuve fiebre", agregó casi con candidez. Por último dijo que su cuadro era "asintomático".
Lo que no enumera Bussi es que luego de la sesión dio una conferencia de prensa con la práctica habitual de los periodistas muy cerca del entrevistado. A eso se debe sumar su participación en el recinto donde interactuó con varios de los legisladores. Esto obligó al presidente al vicegobernador Jaldo a clausurar el edificio y mandar a todos (él incluido) a cuarentena.
Ahora bien, eso es lo que Bussi hizo después de que surgiera la noticia. La actividad previa fue tan intensa y variada como la posterior y todo está registrado en su cuenta de Twitter. Por caso, muesta fotos junto a estudiantes de judo, su participación en programas periodísticos, reuniones de comisiones en la Legislatura donde participaron también ministros del gobierno provincial, conferencias de prensa y también su presencia en la misa que se realizó el pasado 8 de marzo en contra de la ley de aborto. Es más, Bussi publica fotos suyas recolectando firmas contra el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que se realizan en el centro de la capital tucumana. Si se continúa retrocediendo en las publicaciones de Bussi hijo se lo ve visitando hospitales o en actividades con gente de edad superior a los 60 años.
Al momento de reconocer su padecer Bussi dijo en un comunicado que estuvo reunido con "un sinfín de personas que acudieron a mi oficina por audiencias que tenían programadas y que por diversas razones debía atender”. Una confesión que lo pone como un vector de contagio no ya personal sino social y allí reside su peligrosidad. En las redes estalló el caso del coronavirus de Bussi. Por caso, el usuario Fafefo publicó: "24 de marzo de 1976 Antonio Bussi cierra la Legislatura Tucumana, 24 de marzo 2020 la cierra Ricardo Bussi. Genocidas".