Si el pánico por el coronavirus está presente en poblaciones que cuentan con todos los servicios públicos, desespera en aquellas que no cuentan con un recurso tan imprescindible como el agua. Es la situación que se denuncia en el departamento Rivadavia desde al menos tres de sus municipios: Rivadavia Banda Sur, Rivadavia Banda Norte y Santa Victoria Este.

El secretario de Obras Públicas de Santa Victoria Este, Pedro Lozano, denunció ante Salta/12 que no lograron cargar agua para llevar a distintas comunidades porque el “pozo carguero”, del que abastecen los camiones cisternas, quedó encerrado en el predio de Aguas del Norte (la empresa salteña que brinda el servicio).

“La gente de las comunidades me llama por la falta de agua. Y como no tenemos en Santa Victoria queríamos avisarle al Ejército si podía llevarles”, dijo Lozano. Pero, afirmó que al intentar llegar a los referentes de la fuerza de seguridad su paso fue restringido en la entrada de Santa Victoria Este ubicada sobre la ruta 54. Allí se apostaron referentes de Gendarmería Nacional y la Policía de Salta. El objetivo: hacer cumplir el aislamiento preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional.

“El pozo en el que cargábamos lo cerraron con alambre tejido y no podemos entrar”, describió Lozano. Aunque ayer se esperaba una respuesta oficial de la empresa solo se dijo que "jamás se deja cerrado algo adrede”, y se explicó que “el pozo es para abastecer a ATLAS (Asistencia Técnica a Localidades Aisladas de Salta)", que en el caso de la zona alcanza a 52 comunidades. Luego la empresa afirmó que “está todo normal en Victoria”.

Si bien en Santa Victoria Este quedan otros dos pozos, Lozano explicó que uno ya es viejo y no quieren sacar agua de ahí porque no tiene buen gusto. El tercero no está acondicionado para poder extraer agua y repartirla. El cuarto, donado por el empresario de medios Marcelo Tinelli, está en obras aún y también dentro del predio de Aguas del Norte. “No entiendo por qué si ellos cobran el agua a la gente, les donan un pozo”, planteó el funcionario municipal.

Lozano explicó que una posibilidad era extraer el agua desde el pozo de La Puntana, a unos 30 kilómetros de Santa Victoria Este. Pero para ir a Misión La Paz “tenemos unos 50 kilómetros de ida nomás para llevar el agua”.

Otro problema señalado fue el de una persona de la comunidad wichí Santa María, también del municipio de Santa Victoria Este. Según la denuncia de esta persona, que se encuentra con una discapacidad, el camión del Ejército no paró pese a que su hijo le hizo señas cuando pasaba por la ruta 54.

El agua que se abastece en esta localidad en particular es de la planta potabilizadora de El Rosado, base del Ejército Argentino ubicada a 89 kilómetros del cruce de la ruta nacional 34 con la provincial 54. Los responsables de la fuerza a cargo de la base respondieron que “son 69 lugares a los cuales nosotros tenemos la obligación de llevar agua. Si a un lugar se lo cubre varias veces seguidas estaríamos dejando sin agua a otro lugar o familias”. Sin embargo, se aseguró que ya se había bajado la orden de volver a estudiar la situación de las comunidades de la zona y reorganizar el reparto.

Con los bidones en la moto

La situación no es mejor para la comunidad wichí de Lote 6, ubicada a 20 kilómetros de Coronel Juan Solá (o Morillo), cabecera de Rivadavia Banda Norte. Eligio Suárez, cacique de esa comunidad, sostuvo que al menos hace tres semanas que la Municipalidad, a cargo de Gerardo Atta Gerala, no les lleva agua.

En la comunidad cuentan con dos aljibes: uno con capacidad para 16 mil litros y otro de 7 mil litros. El más chico siempre queda lleno. Y el agua apenas alcanza para beberla. La misma situación se extiende por todas las comunidades originarias con escasez de agua en la zona, por lo que es casi imposible hablar de la medida preventiva más simple ante el coronavirus: el lavado de manos con agua y jabón.

Ayer, ante la falta de agua, Suárez fue hasta Los Blancos (a 10 kilómetros de la comunidad) en motocicleta para cargar los bidones que ayuden a llenar el aljibe más chico. Son al menos tres viajes por día para abastecer al aljibe que, a su vez, utilizan 15 familias de la comunidad.

El agua no es el único problema. Tanto en el Lote 6, como en otras comunidades, las viviendas (muchas veces hechas con palos que sostienen un plástico negro), son pequeñas. Suárez afirmó, de hecho, que hay casas de cuatro por cuatro en donde viven 12 personas.

Si bien ayer desde la comisaría de Morillo se instrumentó como prevención la visita a las comunidades indígenas con un mensaje en wichí, la campaña gestionada desde la Policía aún no había llegado a la comunidad de Suárez. “Nos enteramos por la radio y mas o menos sabemos de qué se trata”, dijo el cacique sobre la pandemia del coronavirus. En el marco de esa información es que detalló las dificultades para tomar las medidas preventivas.

Controles discrecionales

Lozano contó que el municipio de Santa Victoria Este tiene al menos cinco entradas y la única que el vio custodiada es la de la ruta 54. Yendo a Misión La Paz se encuentra el puente internacional que une a la Argentina con Pozo Hondo, en Paraguay. “Pero ahí no hay controles. Dicen que la gente sigue entrando desde el Paraguay”, denunció Lozano.

Suárez, por su parte, indicó que los controles también son sobre ellos y sus salidas pero “por la ruta 81 (que es la que une Salta con Formosa y de allí con Paraguay), se puede ver que pasan los vehículos que vienen desde Paraguay”.

Referentes del puesto de San Felipe, en Rivadavia Banda Sur, a la orilla del Bermejo, sostuvieron que los pescadores van y vienen sin problemas. Pero cuando salen los habitantes del paraje a Rivadavia Banda Sur son intimados por los policías a volver al lugar de residencia. En ese pueblo es el único lugar más cercano para conseguir comida.