La cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional aumentó el encendido de la televisión como hacía tiempo no ocurría. Con la audiencia de las señales de noticias en constante ascenso –esta mañana TN rozaba los cinco puntos, más del doble de lo habitual–, los canales de aire se readaptaron rápidamente a esta nueva coyuntura cediendo más espacio a los noticieros y a los programas en vivo avocados a la cobertura de los últimos hechos relacionados con el Coronavirus. Las grandes perdedoras de estos movimientos en la grilla de programación son las ficciones nacionales. Desde salida del aire de Separadas, cuyo último episodio emitió Canal 13 el jueves por la noche, las producciones locales no tienen espacio en ninguno de los canales, una situación prácticamente inédita en la historia de la pantalla chica vernácula. Las pocas ficciones que pueden verse estos días son series y telenovelas extranjeras enlatadas, razón por la cual la Federación de Sociedades de Autores e Intérpretes Audiovisuales (FESAIA) publicó un comunicado en el que reclama a los programadores “que destinen una porción significativa de su horario de emisión a contenidos realizados en nuestro país”.
Integrada por Argentores (Sociedad General de Autores de la Argentina), DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) y SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), los entes a cargo de la recaudación y distribución del dinero por derechos de los guionistas, actores y directores, respectivamente, la FESAIA alertó sobre los “efectos económicos y sociales devastadores que esta pandemia genera en los socios, socias, representadas y representados, a quienes se les ha cortado, en los hechos, toda posibilidad de ejercer su trabajo”. Esto porque el ámbito artístico nacional está íntegramente detenido desde hace unos diez días, cuando empezaron a suspenderse rodajes de películas, series y tiras, lo mismo que obras de teatro. De allí, entonces, el reclamo: si los canales emitieran producciones nacionales, aun cuando sea en carácter de repetición, los guionistas, directores e intérpretes involucrados podrían cobrar el dinero correspondiente a los derechos intelectuales o de uso de imagen.
Dado que “los canales de televisión abierta y las señales nacionales de televisión por suscripción son la única vía de comunicación que queda en pie entre nuestros creadores y el público”, continúa el texto emitido el lunes por la noche, la entidad recuerda que hay “una infinidad de películas, novelas y series que han sido oportunamente aceptadas y aplaudidas por nuestras audiencias que bien podrían reemplazar a esos programas extranjeros”. “La totalidad de esas obras está a disposición de las emisoras, y basta simplemente con programarlas nuevamente para que estén en el aire”, se lee más adelante, y luego concluye: “Apelamos a la buena voluntad y a la sensatez de las empresas, para que la aplicación de esta medida, que no requiere gastos extraordinarios ya que las obras están realizadas, venga a demostrar que los argentinos sabemos ser solidarios en el momento de tender una mano a quien lo necesita”.