La Justicia investiga el accionar de personal del Instituto de Rehabilitación al Adolescente (Irar) ante las quemaduras e inhalación de monóxido de carbono que sufrió un chico por efecto de la quema de un colchón que ardió por no haber sido ignífugo, como debería haberlo sido. Todo ocurrió el 7 de marzo pasado, alrededor de las 11 de la noche, pero la Unidad Fiscal de Violencia y Corrupción Institucional, a cargo de Karina Bartocci, recibió recién ayer las actuaciones del caso, porque desde la Dirección del Irar hubo demoras en avisar a la autoridad competente. Ante ello, el defensor de Menores, Daniel Papalardo, se manifestó preocupado por la situación del joven y de los demás adolescentes alojados en el Irar, luego de que en varias audiencias se tratara un planteo de hábeas corpus preventivo, ante varias irregularidades como la falta de un médico durante las 24 horas. "Lo severo es que habiéndose generado una instancia para mejorar la situación, la dirección siempre lo negó", planteó el defensor.

El chico de 17 años permanece en terapia intensiva en el hospital Eva Perón, con traqueotomía y a la espera de una respuesta a los antibióticos contra la infección pulmonar. A varios días del hecho, una asesora de menores fue quien dio aviso a la Fiscalía sobre lo ocurrido, cuando ya hay elementos de prueba que será difícil recuperar, por el tiempo transcurrido. Los interrogantes que se abren son varios. "¿Cuánto tardó el personal en retirar al chico de la celda? ¿Cuánto demoró la atención de una enfermera y por qué no había un médico? ¿Cuánto se tardó en trasladarlo al hospital?", son las preguntas que se hace Papalardo, quien el año pasado presentó el recurso junto a la Defensoría Pública, para advertir sobre irregularidades en el lugar donde se alojan chicos de entre 15 y 17 años en conflicto con la ley penal.

Cuando ocurrió el hecho se dio aviso al Juzgado de Menores Nº 4, donde el adolescente tiene la causa en su contra; pero no a la Fiscalía que debe investigar el suceso. "Lo resolvió Irar, y no se sabe cómo", lamentó el defensor.

Vale aclarar que el tipo de colchón que se prendió fuego --se investiga en qué circunstancia-- no está permitido para penales y los guardias habrían demorado en sacar al joven de la celda. Es que el Servicio Penitenciario -"no los operadores de Irar", aclaró Papalardo- actuó cuando los demás chicos comenzaron a sentir olor a quemado y ver el humo. P. V. llegó a salir de la celda y se desvaneció, pero lo que se indicó es que no había un médico para atenderlo, sino personal de enfermería.