El video de Belén Potassa se hace viral. Desde una ventana de su casa, le grita al barrio: “¡Me abuuuurrroooo!”. La delantera argentina está de cuarentena en Albacete, España, cumpliendo a rajatabla con las indicaciones sobre no salir. Como tenía provisiones hace días que está adentro. Entrena y graba esos entrenamientos tal como le piden en el club y se inventa actividades: mira películas, escucha música, toma mates, pinta y baila con la música de Los Palmeras. "Hay unos 567 infectados y 60 muertos en la ciudad en la que estoy. No hay que entrar en pánico pero hay que tener la alarma prendida", dice por teléfono.
Su truco es no mirar mucho las noticias. Donde está puede salir al supermercado o a la farmacia, pero no circular sin motivo porque aplican multas. A la distancia, con amigas y amigos entre Buenos Aires y Cañada Rosquín, donde vive su familia, recomienda que Argentina tome precauciones: "Yo apenas me enteré pensé que era un virus y nada más, que no era peligroso. Ahora que lo vivo de tan cerca me parece que lo mejor es parar el país. Hay que colaborar en todo. Con un poquito de todos vamos a salir mejor y esto lo tenemos que ganar juntos", aconseja.
Potassa llegó a España después del histórico Mundial de Francia 2019, en el que fue parte del plantel que logró dos empates (los primeros dos puntos de una Selección argentina en un Mundial FIFA). En medio de aquel certamen concretó su pase: con 31 años se mudó para hacer su primera experiencia en el fútbol europeo. "Los primeros meses me costó un poco el tema futbolístico. Acá juegan distinto y yo no conocía a las jugadoras. Pero la adaptación fue buena y ahora estamos peleando por el ascenso a Primera", cuenta. Allí quedan ocho partidos para que se defina el torneo y Albacete pelea por subir con el líder Santa Teresa y el Granada.
Desde aquel Mundial, Potassa no volvió a ser convocada a la Selección. Entre la Copa del Mundo y los Juegos Panamericanos de Lima estalló el conflicto: la mayoría de las futbolistas habían manifestado su deseo de que haya un cambio en el cuerpo técnico argentino. Lo charlaron en una reunión en Francia, tras la eliminación, y la idea era concretar un encuentro con el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia. Eso nunca ocurrió y cuando se conoció la lista de convocadas para los Panamericanos hubo ausencias: Potassa se quedó afuera de la lista al igual que sus compañeras Estefanía Banini, la capitana, Florencia Bonsegundo y Ruth Bravo. Las cuatro expresaron su posición en sus redes sociales: la exclusión tenía que ver con criticar la conducción del entrenador, Carlos Borrello.
"Ninguna jugadora pensó que iba a ser desafectada por pedir una mejora -expresa a la distancia la delantera-. El silencio hoy en día demuestra las cosas que están pasando. Que la Sub 20 quede afuera de un Sudamericano (no logró pasar la etapa de grupos en el certamen disputado en Argentina), en el que no quedás ni cuarta en Sudamérica, es una pesadilla. Argentina bajó cinco escalones de lo que estaba haciendo. Antes estábamos debajo de Brasil, estábamos retrocediendo".
La jugadora que fue seis veces campeona con Boca y tres con la UAI Urquiza afirma: "Ojalá que la gente se dé cuenta de que lo que estábamos pidiendo no era una locura".
-¿Creés que no te van a convocar más?
-Yo sigo entrenando todos los días de mi vida. Me levanto con la ilusión de poder vestir la celeste y blanca, me sigo sacrificando. Si me llaman o no el cuerpo técnico lo decidirá. Si hay otra mejor que yo me parece perfecto, voy a seguir luchando desde donde estoy para que Argentina vuelva al lugar que estaba.
-Cuando te juntás en España con Banini y Bonsegundo, ¿hablan de este tema? Ninguna volvió a ser citada.
-Lo sufrimos mucho. Cada vez que nos juntamos la charla es siempre la misma sobre lo que pasó. Estamos tranquilas, planteamos algo que a muchos les pareció una locura y hoy el tiempo nos está dando la razón.
-Después de la eliminación en el Sudamericano Sub 20 fue tendencia enTwitter el hashtag #ChauBorrello. ¿Lo viste?
-Sí. Hay muchas cosas que se deben cambiar, también la organización y más. Yo acá en un club de segunda división cada tres semanas tengo nutricionistas que me controlan. La Selección no es un club de barrio donde te juntás con tus amigas, comés un asado y no pasa nada. Para estar al máximo hay que estar rodeadas de profesionales que te controlen, que te sigan la rutina y que quieran que la Selección siga explotando.
-¿Cómo ves al equipo hoy?
-De todas las etapas que pasé y que tuvo la Selección creo que en esta volvemos a retroceder. Tiene que ser una ayuda de todas y tenemos que aprender a no callarnos más. Así vamos para atrás y no podemos avanzar. Si no pueden clasificar a un Sudamericano, ¿cómo van a llegar estas jóvenes a un Mundial en el futuro? El panorama parece difícil.
-¿Te gustaría alguien en especial a cargo de la Selección?
-Me gustaría que sea la persona indicada, que quiera que crezca el fútbol femenino. Que no sea una búsqueda de crecimiento personal, sino colectivo. Que mire qué pasa en otras selecciones y que vea qué pasa en Argentina que no crecemos. Que escuche a las jugadoras, que las de afuera compartan lo que vive cada una. Que sepa escuchar y tome las críticas constructivas para mejorar.
Desde España, Belén Potassa sigue el torneo argentino por la TV, las redes sociales y Youtube. Cuenta que su favorito es la UAI Urquiza porque su corazón sigue allí. Y relata que le duele que todavía haya tanta diferencia entre los que pelean por el campeonato y los que no: la desigualdad que queda marcada, por ejemplo, en partidos como el que Boca le ganó por 16 a 0 a Excursionistas.
"Se hizo profesional, pero siguen siendo los cuatro o cinco equipos de siempre los que lo disputan. Me alegro por Gimnasia, por Lanús y por Racing, que han elevado su nivel y vienen creciendo. Pero me da mucha lástima lo que pasó con Excursionistas. Si no igualás las posibilidades terminás frustrando a las jugadoras y no sirve de nada", dice.
Y propone inversión y organización para equilibrar las posibilidades y tener un fútbol más justo: "Si los clubes empiezan a buscar sponsors, a tener una estructura distinta y le dan importancia al femenino todo mejorará. Por ahí es el camino. Necesitamos igualdad en condiciones de entrenamiento y salarios. Hay que meterle pila. Ojalá que las que dejamos el fútbol nos metamos en clubes para ayudar desde donde podamos".